En el año 1966, el Ejército de Estados Unidos estableció una base en Groenlandia llamada ‘Camp Century’ en la cual desarrolló un proyecto ultrasecreto llamado ‘Iceworm’ por el que pretendía ocultar 600 misiles nucleares bajo el hielo. El proyecto fue un fracaso, pero los científicos que participaban en la misión horadaron en la plataforma y extrajeron una muestra de los sedimentos bajo el hielo a 1,4 kilómetros de profundidad. La pista de aquel testigo se perdió durante décadas hasta que fue encontrado casualmente en 2017 en un congelador de Copenhague. Dos años después, cuando el investigador de la Universidad de Vermont, Andrew Christ, echó un vistazo a las muestras con el microscopio no podía creer lo que estaba viendo: había ramitas y hojas entre los sedimentos, una posible prueba de que en el pasado geológico reciente el hielo se había retirado el tiempo suficiente como para albergar un ecosistema como un bosque boreal.
Después de varios años de trabajo, el equipo de Christ presenta el resultado de su exhaustivo análisis en la revista PNAS y ofrece una sorprendente conclusión: las pruebas obtenidas con diferentes métodos indican que el hielo de Groenlandia, una capa de más de un kilómetro de grosor que hasta ahora se había considerado “permanente”, se retiró del todo al menos una vez en el último millón de años, durante el Pleistoceno, y quizás en fechas tan “recientes” como hace solo unos cientos de miles de años. “Las plataformas de hielo normalmente pulverizan y destruyen todo a su paso”, explica el investigador, “pero lo que hemos descubierto son delicadas estructuras de plantas, perfectamente conservadas. Se trata de fósiles, pero tienen el aspecto de haber muerto ayer. Lo que tenemos es una cápsula del tiempo de lo que solía vivir en Groenlandia, algo que no podríamos haber hallado de otra forma”.
Una cápsula del tiempo
Las muestras obtenidas en ‘Camp Century’ contienen un registro único de varios millones de años en los que se suceden periodos de glaciación y aparecen al menos dos etapas en las que hubo vegetación. El lugar en el que se hizo el taladro está a unos 100 kilómetros de la costa y a 800 kilómetros del Polo Norte y aporta un tipo de información del que hasta ahora no se disponía. Gracias a las modernas técnicas de análisis de isótopos y dotación por radiocarbono, el equipo de Christ ha obtenido una imagen mucho más completa que la que pudieron estudiar los autores de la extracción hace ahora 60 años. Las muestras de oxígeno encontradas en el hielo, por ejemplo, indican que el nivel al que se produjeron las precipitaciones en forma de lluvia estaba mucho más bajo que el actual y por tanto, según los autores, “demuestra la ausencia de hielo” durante ese periodo. Los investigadores también han encontrado proporciones de isótopos de aluminio y berilio que se forman en el cuarzo solo cuando este se expone a cielo abierto y es golpeado por los rayos cósmicos, otra prueba de que el hielo se retiró.
Para los autores, el descubrimiento nos ayuda a entender que el hielo de Groenlandia desapareció en momentos en los que no tenía lugar un cambio climático creado por los seres humanos y nos puede servir para conocer con qué velocidad se puede producir este deshielo masivo en el medio plazo. A su juicio, son pruebas de que el hielo en esta región del planeta es más frágil y sensible a los cambios del ambiente de lo que se creía hasta ahora.
“Groenlandia puede parecer muy lejos, pero puede derretirse rápidamente”
“Nuestro trabajo muestra que Groenlandia es mucho más sensible al calentamiento climático natural que lo que solíamos pensar, y ahora sabemos que el calentamiento fuera de control provocado por la humanidad avanza a un ritmo mucho más rápido que el natural”, asegura Christ. “Este no es un problema para dentro de veinte generaciones. Este es un problema urgente para los próximos 50 años”, añade Paul Bierman, coautor del estudio. “Groenlandia puede parecer muy lejos, pero puede derretirse rápidamente, derramando suficiente agua en los océanos como para que Nueva York, Miami, Dhaka - o escoge la ciudad - se hundan bajo el agua”.
Referencia: “A multi-million-year-old record of Greenland vegetation and glacial history preserved in sediment beneath 1.4 km of ice at Camp Century” (PNAS)
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