Conocer la evolución de algunos tejidos blandos, como los testículos, es un verdadero desafío para los biólogos debido a que no dejan huella en el registro fósil. Uno de los grandes misterios por resolver, por ejemplo, es por qué algunas especies como los elefantes no disponen de bolsa escrotal, sino que albergan los testículos en el interior de su abdomen. Este rasgo, que aparece en los mamíferos del superorden de los afroterios (Afrotheria), es especialmente intrigante puesto que el resto de especies han separado los testículos del cuerpo para reducir la temperatura y conservar mejor el esperma.
El estudio ha consistido en el análisis de los genomas de 71 especies de mamíferos placentarios
En un trabajo publicado este jueves en la revista PLoS Biology, el equipo de Virag Sharma y Michael Hiller asegura haber encontrado una manera de seguir la pista a la historia evolutiva de los testículos a través de una serie de análisis moleculares que permiten rastrear la presencia de determinados rasgos explorando el genoma de las especies actuales y retrocediendo hacia atrás en el tiempo. El estudio ha consistido en el análisis de los genomas de 71 especies de mamíferos placentarios en los que el equipo rastreó la presencia de dos genes concretos, el RXFP2 y el INSL3, que inducen el desarrollo de los gobernáculos - unos niegues que facilitan el descenso de los testículos durante el desarrollo.
Lo que han visto los autores del estudio es que estos dos genes estaban ausentes o completamente funcionales en cuatro especies de afroterios (los tenrecs, las musarañas elefantes del Cabo, el topo dorado y los manatíes) y que esos genes se perdieron hace alrededor de 100 millones de años. Sin embargo, en otras especies se perdieron mas tarde o no se perdieron, lo que sugiere que el rasgo de los testículos ‘internos’ apareció de forma independiente en los distintos linajes de mamíferos africanos y de forma más tardía de lo que se pensaba.
“Los vestigios moleculares ofrecen una estrategia alternativa para investigar rasgos ancestrales”
Más allá de esta cuestión en particular los autores recalcan que el uso de estos vestigios moleculares pueden ser especialmente útiles a la hora de reconstruir cambios anatómicos en tejidos blandos de los que no tenemos constancia en ls fósiles que aparecen en el registro. “Los vestigios moleculares ofrecen una estrategia alternativa para investigar rasgos ancestrales”, concluye Hiller. “En lugar de estudiar las estructuras de los tejidos blandos directamente, podemos rastrear la evolución de los genes que son cruciales para el desarrollo de esa estructura”.
Referencia: Loss of RXFP2 and INSL3 genes in Afrotheria shows that testicular descent is the ancestral condition in placental mammals (PLoS Biology) 16(6): e2005293. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.2005293
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