Las aves que viven en climas más fríos y que crían en nidos abiertos ponen huevos con cáscaras más oscuras, según un estudio publicado este lunes en la revista Nature Ecology & Evolution. El equipo de Daniel Hanley y Phillip Wisocki ha analizado la distribución global de la coloración de los huevos a partir del examen del brillo y color de las puestas de 634 especies conservadas en museos de historia natural de todo el mundo.
A partir de estos datos, los autores obtuvieron un mapa en el que se puede reconocer una gradación del color que varía con la latitud, de tal modo que los huevos son más oscuros en aquellos lugares donde la temperatura y la radiación solar son más bajos, y en aquellos lugares en los que las especies construyen sus nidos a cielo abierto en lugar de en espacios cerrados o cavidades. Un patrón que resulta antiintuitivo si lo comparamos, por ejemplo, con la distribución del color de la piel, más oscura en lugares con más sol para protegernos de la radiación.
Hasta ahora se conocía que el color de los huevos de las aves presentaba grades variaciones, pero no estaba claro cuál era el motivo que conducía a estas diferencias. Los autores manejaban dos hipótesis: que la variación en la pigmentación de los huevos respondiera a beneficios de termorregulación (de lo que se esperaría que las especies con huevos más pigmentados estén en zonas más frías) o que la variación en la pigmentación de los huevos respondiera a beneficios de protección frente a radiación UV y frente a bacterias (de lo que se esperaría lo contrario, que las especies con huevos más pigmentados estén en zonas con mayor radiación y por tanto más cálidas).
Los autores pusieron al sol huevos con distintos colores y tomaron temperaturas
Para comprobarlo, Hanley y Wisocki tomaron huevos de pollo, pato y perdiz con distintos colores, los expusieron a la radiación solar y tomaron medidas de temperatura. Lo que vieron fue que los huevos más oscuros, que absorben más radiación, mantenían más tiempo el calor que los oscuros, lo que, junto a los datos de distribución global, les lleva a concluir que es la regulación térmica el principal factor que ha contribuido a la evolución de estas pigmentaciones de las cáscaras, frente a otros factores como la protección de la radiación ultravioleta.
Para el investigador español Ismael Galván, científico titular del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y especialista en pigmentación, el trabajo es muy interesante y aporta pruebas de que “la pigmentación de los huevos parece haber evolucionado debido a los beneficios que aporta para calentar los huevos en zonas frías donde existe el riesgo de que la temperatura caiga por debajo de la necesaria para el desarrollo del embrión”, explica a Next. Sin embargo, lamenta que los autores se hayan limitado a discutir los resultados en el contexto de los huevos y “no hayan intentado encontrar similitudes con los estudios realizados sobre pigmentación de las aves".
Otros autores han encontrado una distribución similar en el color de las plumas
Galván y su equipo publicaron recientemente un trabajo en la revista Functional Ecology en el que analizaron de manera similar la distribución y el patrón de pigmentación de casi 100 especies de aves en España y encontraron “que las especies con plumaje más pigmentado encuentran una limitación a la hora de ocupar las zonas con mayor temperatura, probablemente porque tienen un mayor riesgo de experimentar estrés térmico”. Como consecuencia de este hecho, la distribución de las especies con plumaje más oscuro está restringida a las zonas con menor temperatura ambiental, de una manera similar a lo que sucede con los huevos, aunque por motivos diferentes. "En el caso de la pigmentación del plumaje, probablemente no son beneficios relacionados con la termorregulación”, explica a Next, “pero en cualquier caso se trata del mismo patrón que encuentran en este estudio de los huevos”. Aunque aquel estudio no fue realizado a nivel global sino limitado a España, otro trabajo reciente obtuvo resultados similares en Australia por lo que, a juicio del investigador, esta distribución de la pigmentación de las plumas, al igual que lo que sucede con los huevos, parece ser también un patrón general.
Referencia: The global distribution of avian eggshell colours suggest a thermoregulatory benefit of darker pigmentation (Nature Ecology & Evolution) DOI 10.1038/s41559-019-1003-2
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