Ciencia

Inteligencia colectiva: cómo ayudar a la investigación del cáncer jugando a un videojuego

Los responsables de la lucha contra el cáncer en Gran Bretaña lanzan un videojuego para móviles para avanzar en su investigación. El usuario ayuda a analizar los datos genéticos de cientos de pacientes con cáncer de pecho mientras juega a los "marcianitos". Es uno de los muchos sistemas que están utilizando la unión de los cerebros humanos para resolver problemas científicos que las máquinas no pueden afrontar.

Analizar los millones de datos que requiere una investigación como la del cáncer es una tarea para la que se quedan pequeños hasta los más potentes ordenadores. La estrategia que están adoptando algunos científicos para sortear este inconveniente es recurrir la inteligencia humana y hacerlo mediante la participación colectiva y voluntaria en la resolución de problemas. A pesar de sus limitaciones, nuestro cerebro sigue teniendo una fuerza bruta en tareas de reconocimiento que los creadores de sistemas de inteligencia artificial ni se atreven a soñar, y una forma de aprovecharlo es convertir la tarea en un asunto a resolver por la colectividad.

El último paso en este terreno lo ha dado el servicio de salud público de Gran Bretaña, que acaba de presentar el videojuego 'Genes in space' (Genes en el espacio), una aplicación para dispositivos portátiles, como el móvil o la tableta, en la que el usuario juega a conducir una nave y sortear obstáculos mientras colabora de manera efectiva en el análisis de cientos de genes de pacientes que han sufrido cáncer de pecho. El juego es una creación de la compañía Guerilla Tea, que ha trabajado durante meses para introducir los datos genéticos de miles de pacientes de cáncer en un videojuego y construir el software que permite que la actividad del usuario ayude  a analizar los datos. Pero, ¿cómo se consigue esto?

Las lecturas del ADN que obtienen los científicos se presentan con una serie  de picos y valles cuya distribución indica la presencia de una posible anormalidad. A medida que el usuario navega por el juego, los científicos van obteniendo un mapa del genoma que después deben cruzar con otros mapas e interpretar. Si tuvieran que revisar cada genoma, los médicos tal vez tardarían años en encontrar los patrones, pero si miles de usuarios recorren ese genoma convertido en escenario espacial e identifican los picos y valles mientras juegan, la investigación se puede acelerar de manera notable.

Un esfuerzo de miles de mentes

Para entenderlo mejor es interesante conocer otras iniciativas de este tipo que ya están en marcha. El científico Paul Sajda, de la Universidad de Columbia, conecta cerebros humanos a las computadoras para ayudarlas a reconocer - mediante encefalograma  - patrones visuales como objetivos militares sobre una imagen vía satélite. Y el neurocientífico Sebastian Seung, por su parte, se propone desentrañar el denominado "conectoma" del cerebro (algo así como el cableado de las neuronas) y para ello diseñó www.eyewire.org, un juego en el que los usuarios colorean las centenares de capas de las tomografías de las neuronas de la retina de un ratón colaboran para obtener una imagen tridimensional de las conexiones.

La clave del éxito está en el número de participantes

En los últimos años se han desarrollado otras iniciativas para aprovechar el poder de la mente colectiva, como Foldit (que intenta desentrañar el acoplamiento de las proteínas) o Galaxy zoo (en la que los usuarios clasifican las formas de las galaxias). En España, los pioneros en este terreno son los miembros de la Fundación Ibercivis, que ha lanzado algunos juegos similares basados en la participación de los usuarios, como Gripenet, que intenta monitorizar la incidencia de la gripe en España mediante la colaboración de voluntarios que informan de si padecen la enfermedad, o Sun4All, que se apoya en la participación de voluntarios para el análisis y recuento de las manchas solares. Pero el más parecido a la iniciativa británica es Cell Spotting, una aplicación que  pretende implicar a los ciudadanos para que participen en la investigación del cáncer, mediante análisis de las imágenes tomadas a partir de células reales sometidas a tratamiento de administración de fármacos.

“Llevamos trabajando en la computación voluntaria desde 2007 y hemos ayudado a 15 grupos de toda España a aprovechar los ordenadores de unas 40.000 personas de todo el mundo”, explica Fermín Serrano, director de Ibercivis. “Y hemos complementado esa potencia computacional con la inteligencia de las personas para ayudar a una decena de grupos a analizar imágenes científicas, aprovechar los sensores humanos que nos reportan datos o para realizar experimentos sobre comportamientos sociales a gran escala”. Aún así, y en su opinión, quedan muchos obstáculos que superar para que la inteligencia colectiva sea una herramienta más usada, como la ausencia de incentivos o la desconfianza de algunos investigadores hacia estos sistemas.

El punto fuerte y el talón de Aquiles de los programas de inteligencia colectiva es, después de todo, el número de participantes. En el caso de ‘Genes in Space’, la administración británica confía en que se una un número suficiente de usuarios a la iniciativa como para obtener datos masivos. Como explican en la BBC, no es la primera vez que el servicio de salud lanza un juego de estas características para analizar el cáncer. En 2013 lanzaron el juego llamado Cancer Slider en el que participaron más de 200.000 personas y clasificaron alrededor de dos millones de imágenes de la enfermedad. Los expertos calculan que gracias a este sistema el tiempo para analizar las muestras se redujo de año y medio a solo tres meses.

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>> Bajar ‘Genes in Space’ en App Store

>> Bajar ‘Genes in Space’ en Google Play

Más info: Fundación Ibercivis

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