No son pocas las personas y los estudios que hasta ahora han defendido que La Tierra ha tenido un carácter plano, bien en el pasado o bien en el presente. Sin embargo, la ciencia llegó a demostrar que los planetas son cuerpos celestes masivos redondos que orbitan sobre su propia gravedad. En función a estos dos polos se ha ido generando un debate vigente que considera la segunda de las teorías como la idónea. Pero los últimos estudios científicos ponen de manifiesto una idea contraria a la aprobada socialmente.
La astronomía contemporánea pone su foco, sobre todo, en la formación de los planetas. Es casi imposible saber con exactitud lo orígenes de todos estos. Hasta ahora se había pensado que estos astros gigantes surgían a partir de los discos protoplanetarios, unos anillos de polvo y gas que rodean a las estrellas. La teoría dominante, por lo tanto, es la de la acreción del núcleo, por la que esos átomos de polvo y gas comienzan a unirse entre sí gradualmente, formando objetos cada vez más grandes tras decenas de millones de años.
Ahora, una serie de nuevas simulaciones informáticas muestran que muchos planetas, sobre todo los "jóvenes", guardan orígenes diferentes a lo planteado hasta la fecha. De tal manera, astrofísicos de la Universidad Central de Lancashire (UCLan) han descubierto que algunos planetas, proponiendo como ejemplos a Júpiter, La Tierra o Saturno, tienen formas aplanadas justo después de su origen, durante su nacimiento, en lugar de tener apariencia esférica.
El estudio británico que propone que La Tierra nació siendo un planeta plano
En su estudio, publicado por el momento en el servidor de preimpresión arXiv y que se ha sido aceptado para su publicación en la revista Astronomy and Astrophysics Letters, los científicos de la universidad británica pretendían determinar la propia estructura tridimensional de los protoplanetas con inestabilidad de disco y examinar cómo se relaciona con la física térmica del proceso de fragmentación. "Hemos estudiado la formación de planetas como La Tierra durante mucho tiempo, pero nunca antes pensamos en comprobar su forma a medida que nacen en las simulaciones porque siempre hemos asumido que eran esféricos", comenta el ensayo.
La investigación muestra que los protoplanetas, que son planetas jóvenes formados alrededor de estrellas, nacen como estructuras aplanadas llamadas esferoides achatados. Gracias a simulaciones por ordenadores que modelaban la formación de planetas, los investigadores sentencian que estos astros se forman en escalas de tiempo cortas a partir de la ruptura de grandes discos giratorios de gas denso que orbitan alrededor de diferentes estrellas y astros.
A través de este enfoque, el equipo determinó las propiedades de los planetas, las comparó con las observaciones y examinó el mecanismo de formación de los gigantes gaseosos. Se centraron, por lo tanto, en investigar las formas de los planetas "jóvenes" y en cómo estos pueden crecer hasta convertirse en grandes masas gaseosas, como el caso de La Tierra. También examinaron las propiedades de los planetas que se forman en diferentes condiciones físicas, como la temperatura ambiente o la densidad del gas.
La confirmación observacional de la forma aplanada de los planetas puede responder a la pregunta crítica sobre cómo se forman estos, apuntando hacia el modelo de inestabilidad del disco, actualmente menos favorecida en lugar de la teoría estándar de acreción del núcleo. Pero existen ciertas limitaciones, como que no se puede explicar esta formación de los gigantes gaseosos porque tardaría mucho en manifestar un astro de dimensiones similares a La Tierra.
El resultado final expone, por lo tanto, que la forma original de muchos planetas es un esferoide achatado, lo que explicaría la presencia de planetas que son mucho más grandes de lo esperado para su estrella, esferas con amplias separaciones orbitales o astros grandes que se forman rápidamente. Además, los investigadores también descubrieron que estos planetas crecen a medida que cae material sobre ellos, predominantemente desde sus polos más que desde sus ecuadores, como ocurre con La Tierra y demás astros.