Cada año millones de animales recorren el planeta de un extremo a otro. Los viajes más largos se realizan por mar y aire por cetáceos, aves e insectos que viajan miles de kilómetros en sus migraciones anuales, pero ¿qué distancias recorren los animales terrestres y en qué lugares del globo se mueven? Para responder a esta pregunta, un equipo internacional de científicos liderado por Kyle Joly, ha obtenido datos de seguimiento de GPS propios y ha recopilado los de decenas de estudios anteriores para completar el estudio más detallado hasta la fecha de sus movimientos.
Los resultados se publican esta semana en la revista Scientific Reports y muestran algunos datos llamativos e interesantes. Aunque antílopes, gacelas y ñus realizan viajes larguísimos, la mayor migración anual la protagonizan los renos (Rangifer tarandus) que se desplazan en el Ártico cada verano e invierno y curen distancias de hasta 1200 kilómetros del tirón. Pero en cuanto a la distancia recorrida a lo largo de todo un año, el campeón absoluto resultó ser el lobo (Canis lupus) y en concreto un animal de Mongolia que recorrió 7247 kilómetros durante doce meses, según uno de los muchos trabajos analizados, y que pulveriza los registros anteriores.
Un lobo de Mongolia recorrió 7247 kilómetros durante doce meses detrás de sus presas
En esa misma tabla de recorridos anuales le siguen otro ejemplar de lobo en la misma zona, una hembra que recorrió 5429 km en un año, otra loba que recorrió en Alaska 5630 km persiguiendo a los renos y un macho que cubrió 5554 km en un año detrás de los alces. Aunque en la tabla también aparece un asno salvaje mongol (3464 km), una cebra de Burchell (3456 km) y un camello asiático (2821 km), el cuadro general confirma la hipótesis de partida de los autores: que los depredadores cubren más terrenos que sus presas por el sencillo motivo de que les siguen los pasos.
“Nuestro resultados son consistentes con la hipótesis basa en los niveles tróficos de que los depredadores se moverían más que sus presas”, escriben. “Los herbívoros en ambientes poco productivos se movieron más que los herbívoros en ambientes más productivos. También descubrimos que los miembros más grandes del mismo grupo se movían menos que los más pequeños, lo que apoya la hipótesis gastrocéntrica”.
Muchos de los paisajes por los que se mueven estos animales terrestres han sido modificados por el hombre
Por último, los investigadores recuerdan que muchos de los paisajes por los que se mueven estos animales terrestres han sido modificados por el hombre y están alterando estas rutas migratorias. “Una mejor comprensión de la migración y movimientos de los grandes mamíferos debería ayudar a su conservación ayudando a delimitar áreas protegidas y trazar corredores prioritarios que conserven la conectividad”, concluyen. “La magnitud de las migraciones y movimientos que hemos documentado también deberían servir de guía sobre la escala de los esfuerzos de conservación que se requieren y ayudar a la planificar la conservación entre agencias e incluso más allá de fronteras nacionales”.
Referencia: Longest terrestrial migrations and movements around the world (Scientific Reports) doi:10.1038/s41598-019-51884-5
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