Si hiciéramos un versión hiperrealista de la famosa película de Pixar “Buscando a Nemo”, el pequeño pez payaso no estaría amenazado por un buzo en busca de especies exóticas ni por voraces tiburones, sino por la luz que estamos emitiendo los humanos sobre los arrecifes de todo el mundo. En un trabajo publicado esta semana en la revista Biology Letters, el equipo de Emily Fobert alerta sobre los efectos de la contaminación lumínica sobre estos ecosistemas, y en concreto sobre las especies de peces que habitan en ellos. Según sus resultados, es muy posible que el pequeño Remo ni siquiera hubiera nacido.
Para el estudio, Fobert y su equipo monitorizó a diez parejas de peces payaso en cautividad y expuso sus huevos a luces LED como las que están disponibles comercialmente y suelen iluminar las zonas de arrecifes en todo el mundo. El resultado fue que ninguno de los huevos incubados en presencia de luz artificial logró llegar a buen término y ninguna cría nació de la puesta. El motivo, según los autores, es que cualquier tipo de iluminación, por pequeña que sea, enmascara las pistas naturales que tienen los huevos para eclosionar después del anochecer.
Ninguno de los huevos incubados en presencia de luz artificial logró llegar a buen término
“El abrumador hallazgo es que la contaminación por luz artificial puede tener un efecto devastador en el éxito reproductivo de los peces de coral”, asegura Fobert. “Cuando esta luz está presente, ningún huevo eclosionó, pero cuando la luz se retiró durante el periodo de recuperación, los huevos eclosionaron normalmente, de modo que la presencia de luz está interfiriendo claramente con las pistas ambientales que inician la eclosión de los peces payaso”.
Los autores advierten de que buena parte de los arrecifes del planeta están siendo expuestos a luz artificial bien por encontrarse cerca de la costa y de zonas portuarias que utilizan luces LED que penetran en el agua, o bien porque se instalan sobre ellos complejos hoteleros en los que los bungalows se conectan mediante suelos trasparentes y se ilumina el fondo para que los turistas puedan ver los peces de noche. “Estos hallazgos se extienden seguramente a otras especies de peces coralinos ya que muchas tienen un comportamiento reproductivo similar, incluyendo el tiempo de eclosión durante la madrugada”, añade Fobert.
“La presencia de la luz artificial podría comprometer sus ritmos de desove”, asegura Stephen Swearer, coautor del estudio. “La presencia de luz artificial en la noche se está convirtiendo en una preocupación importante entre los ecologistas a medida que la luz se expande globalmente y los impactos sobre los organismos pueden ser graves”, concluye la investigadora Karen Burke da Silva, copartícipe del trabajo, “pero se ha hecho poca investigación hasta ahora sobre su impacto en los ambientes marinos”.
Referencia: Artificial light at night causes reproductive failure in clownfish (Biology Letters)
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