Ciencia

"Lo siento, pero no podemos bañar a su bebé en bacterias"

Los hallazgos sobre el papel del microbioma en el parto han disparado la demanda de una técnica consistente en untar con fluidos vaginales a los bebés nacidos por cesárea. Los especialistas advierten de que aún no está probado y del riesgo de infecciones.

El exceso de información científica puede tener a veces consecuencias tan lamentables como la falta de información. Es parte de la denuncia que el investigador Aubrey Cunnington hace esta semana en las páginas del British Medical Journal, donde escribe un artículo editorial advirtiendo de una moda creciente en los hospitales británicos. Cada vez más padres con hijos nacidos por cesárea piden a los médicos que impregnen a los bebés con el fluido vaginal de la madre para que adquiera sus mismas bacterias.

La idea es transmitir a los niños nacidos por cesárea el microbioma de la madre

Aunque suene un poco disparatado, el asunto está siendo objeto de investigación desde hace años por científicos de prestigio, como la doctora María Domínguez Bello y el español  José Clemente. En sus pruebas, realizadas bajo estricto control médico, estos especialistas han descubierto que los niños nacidos por cesárea no adquieren la misma variedad de bacterias que los nacidos por vía vaginal y sospechan que esto podría estar asociado a un mayor riesgo de padecer enfermedades inmunológicas y metabólicas en su vida adulta. Para una parte de sus experimentos, los investigadores crearon una técnica que consiste en introducir una gasa en la vagina de la madre unas horas antes del parto y limpiar después al niño que nace por cesárea con la gasa para transferirle su microbioma.

El asunto se ha hecho particularmente popular en Estados Unidos y Reino Unido, hasta el punto de que el doctor Cunnington hace un llamamiento desde la prestigiosa revista BMJ para que padres y sanitarios sean conscientes de que la práctica aún no está probada y de los peligros que supone para el bebé. "La demanda de este procedimiento ha aumentado entre las mujeres que acuden a los hospitales de Reino Unido", escribe, "pero esto ha superado la vigilancia y conocimiento de los profesionales. De momento estamos muy lejos de tener pruebas para recomendar esta práctica. Simplemente no hay evidencia que sugiera sus beneficios y podría conllevar riesgos potenciales".

"De momento estamos muy lejos de tener pruebas para recomendar esta práctica"

Un riesgo muy claro es el de que la madre transmita bacterias patógenas al bebé a través de la gasa y le produzca una grave enfermedad. El microrganismo más peligroso en este sentido es el estreptococo del grupo B, que también amenaza a los niños nacidos por el canal del parto, aunque en este caso los médicos están advertidos de que puede suceder. "Es importante decirle al equipo médico que se ha practicado este procedimiento", insiste Cunnington, "para que sepan que el bebé está expuestos a los mismos peligros que una que nace por parto vaginal". En algunos países, como Reino Unido, no se somete a todas las madres a la prueba del estreptococo y puede tener consecuencias fatales para el bebé. Además, añade el autor del artículo, hay otras enfermedades que no causan síntomas en la madre, como la gonorrea, la chlamydia o el herpes y que pueden ser transferidos a través de la gasa. "Un colega tuvo que intervenir cuando una madre con herpes genital, que había sido sometida a cesárea, estaba a punto de poner en marcha el procedimiento. Limpiar al bebé con la gasa podría haberle transferido el virus del herpes".

Los propios autores de los trabajos sobre microbioma y parto vaginal han pedido prudencia en más de una ocasión. Domínguez Bello, que recibe correos de madres embarazadas pidiendo consejo, insiste en que se trata de un asunto que aún está bajo estudio. En las pruebas que el equipo hizo con la gasa, de hecho, a todas las madres se les sometió a la prueba del estreptococo para evitar riesgos. Clemente también pide que no se realice este tipo de procedimiento sin hablar con el médico. "No es particularmente complejo", asegura, "pero queremos minimizar el riesgo de transferir bacterias patógenas".

Teniendo en cuenta que uno de cada cuatro bebés nace por cesárea en el Reino Unido y que muchos profesionales son requeridos para poner en marcha esta práctica, el doctor Cunnington advierte en su artículo editorial de las posibles consecuencias. "Médicos, enfermeras, comadronas y padres deben ser conscientes de que están haciendo algo con un riesgo potencial que hoy por hoy no tiene ningún beneficio probado".  "Intentar la lactancia materna y evitar los antibióticos innecesarios", concluye, "podría ser más relevante para las bacterias del intestino del bebé que preocuparse de transferir el fluido vaginal mediante una gasa".

Referencias:  “Vaginal seeding” of infants born by caesarean section (British Medical Journal) doi: 10.1136/bmj.i227  | Partial restoration of the microbiota of cesarean-born infants via vaginal microbial transfer (Nature Medicine) doi:10.1038/nm.4039 | Imagen: Matthew Gosselin (Flickr, CC) 

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