Cuando Ismael Galván acudió a Costa Rica hace unos años a estudiar la pigmentación de los murciélagos, se encontró con que los científicos locales estaban estudiando un caso aún más interesante. El investigador costarricense Gustavo Gutiérrez llevaba meses observando a una comunidad de monos aulladores de manto (Alouatta palliata) que estaban cambiando su pigmentación de forma radical. “En 2013 se comenzaron a ver los primeros casos, manchas de pelaje atípico en una especie que es de color negro intenso”, explica Galván. “De pronto empezaron a aparecer individuos con manchas de color amarillento, color crema, que llamaban mucho la atención”.
“Es como si una población de humanos estuviera pasando de tener el pelo negro a rubio”
Lo interesante del caso es que los individuos con estas manchas, que aparecían en los extremos de las patas y la cola, se observaban cada vez con más frecuencia y la extensión de estos parches de color en su cuerpo iba creciendo con el tiempo, hasta el punto de que algunos individuos aparecen ahora casi cubiertos por esta pigmentación. “Es como si una población de humanos estuviera pasando de tener el pelo negro a rubio”, explica a Next el investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC). Ahora, Galván, Gutiérrez y su equipo acaban de publicar un primer estudio sobre los cambios de color de estos primates en la revista Mammalian Biology, en el que analizan los mecanismos por los que cambian de color.
“Lo que hemos hecho es analizar el pigmento que produce el cambio, y hemos visto que es la feomelanina”, explica Galván. Los investigadores tomaron muestras de pelaje de estos monos aulladores cuyo pelaje tienen un intenso color negro debido a la presencia de melanina. En los pelos rubios, sin embargo, aparecía esta otra sustancia rica en azufre, conocida como feomelanina y característica de animales que presentan colores rojos, amarillos y anaranjados. ¿Y de dónde viene el azufre que puede estar provocando este cambio? Los investigadores sospechan que proviene de los pesticidas que se usan en las plantaciones de la zona, cuyo contenido alto en azufre podría llegando hasta las hojas que comen los monos aulladores.
El azufre que provoca el cambio podría proceder de los pesticidas que se usan en las plantaciones de la zona
“Esta coloración anómala se da sobre todo en individuos que se alimentan en el entorno de plantaciones de cultivos intensivos de plátano, de palma y de piña”, explica Galván. “Eso nos sugiere que podría haber una asociación de donde viven y la pigmentación anómala. En Costa Rica, en concreto, en los últimos ha aumentado el uso de pesticidas años y la extensión, y es muy posible que estos monos estén ingiriendo grandes cantidades de hojas en las que se ha dispersado el producto”. De momento, los autores no descartan que pueda haber otras causas ambientales, pero su siguiente paso será comprobar esa posible asociación entre pesticidas y pigmentación y analizar muestras en grupos de monos que se alimente en zonas diferentes, más o menos expuestas a estas plantaciones.
¿Tiene algún efecto sobre la salud de los monos esta mayor exposición a fuentes de azufre? “No lo sabemos, no tenemos constancia de que tengan algún tipo de problema de salud”, responde Galván. “Lo que sí puede ser un poco más preocupante es el efecto visual, porque es una pigmentación llamativa, teniendo en cuenta que los monos son negros, el cambio hace que sean mas visibles para los depredadores, que podrían detectarlos mejor, con lo que tendría efectos ecológicos”. La buena noticia para los monos es que los depredadores naturales, como el águila arpía o el jaguar, están prácticamente desaparecidos de estos bosques.
Referencia: A recent shift in the pigmentation phenotype of a wild Neotropical primate (Mammalian Biology)
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