Cuando en el año 2007 el emprendedor Nathan Myhrvold anunció que estaba trabajando junto a Bill Gates en un sistema para derribar mosquitos con láser la historia parecía una broma. Una década después, la tecnología está a punto de convertir el sueño en realidad y en proporcionar una alternativa real para ayudar a controlar el principal vector de transmisión de virus a los humanos.
Los autores han determinado qué longitudes de onda producen mayor número de bajas
En un trabajo publicado en Scientific Reports, el equipo de Matthew D. Keller ha puesto a prueba los diferentes tipos de láseres y las características necesarias para que los pulsos de luz puedan acabar con estos insectos. "El objetivo de este estudio", escriben, "es determinar la letalidad de múltiples láseres a diferentes longitudes de onda, tamaños del puntero, energías y duraciones del pulso sobre mosquitos hembra de la especie Anopheles stephensi anestesiados". Los autores han elegido esta especie debido a su tamaño y robustez y como representativa de la que transmite la malaria.
Aunque el mecanismo para eliminar mosquitos se había puesto en marcha para diseñar la llamada "valla fotónica", algunos parámetros para optimizar el sistema están por describir. Así, por ejemplo, los autores han determinado qué longitudes de onda producen mayor número de bajas y qué relación tienen estas características del láser con los niveles de absorción que presenta el cuerpo del mosquito en función de su color o de la zona donde incide el haz de luz. Los autores han descubierto que la duración óptima del pulso está por debajo de 25 milisegundos y que los pulsos con una longitud de onda alrededor de 532 nanómetros funcionan mejor que los del infrarrojo cercano o medio. Asimismo, cuando se aumenta el tamaño del haz de luz se necesitan niveles inferiores de energía. "Estos resultados", resumen, "identifican los candidatos más prometedores para el componente letal del láser en sistema diseñado para identificar, seguir y derribar insectos en la naturaleza".
El líder del estudio, Mathew Keller, trabaja para la empresa Intellectual Ventures, en la que participa Bill Gates y la que diseñó el primer sistema para proteger determinados edificios o cultivos de los mosquitos. Esta "valla fotónica" (Photonic Fence) funciona mediante un sistema de cámaras que detectan la presencia de los mosquitos mediante infrarrojos, distingue por el tamaño el tipo de insecto que está buscando y lo sigue ("trackea") con un sistema parecido al que sirve para identificar las caras en nuestras cámaras digitales. Una vez en el punto de mira, el sistema dispara un breve pulso de luz para dejar fuera de combate al mosquito (en términos prácticos es indiferente matarle y dejarle malherido, pues morirá horas después). En su diseño actual, la valla puede tener hasta 3 metros de alta y extenderse entre 30 y 100 metros y está pensada para proteger cultivos especialmente vulnerables o instalaciones como hospitales o colegios, donde las personas deban estar especialmente protegidas de posibles infecciones. Una de las ventajas del dispositivo, argumentan los autores, es que se puede hacer con tecnología de bajo coste como la que utilizamos en decenas de aparatos de uso cotidiano.
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El sistema puede eliminar entre 50 y 100 mosquitos por segundo
El trabajo de Keller y sus colegas se ha centrado en comprender mejor el impacto que produce uno de estos pulsos de luz en el tórax de un determinado tipo de mosquito mientras éste permanece inmóvil debido a la anestesia, pero los datos sirven igualmente para aplicarlos en objetivos en movimiento. Con el prototipo actual, bautizado por sus autores como "sistema de defensa antimosquitos Star wars", se pueden eliminar entre 50 y 100 mosquitos por segundo a una distancia de hasta 30 metros. El estudio de Keller muestra, a juicio de sus autores, que estos insectos pueden ser interceptados con pulsos de luz en diferentes condiciones y que la técnica "puede ayudar a generalizar el uso de láseres relativamente baratos y robustos con suficiente calidad como para poder enfocar en un amplio rango de distancias". La tecnología de la guerra de las galaxias aplicada a los mosquitos está un poco más cerca.
Referencia: Laser induced mortality of 'Anopheles stephensi' mosquitoes (Nature Communications) doi:10.1038/srep20936
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