Sudán tenía 45 años –una edad equivalente en humanos a 90 años– y vivía en la reserva OI Pejeta Conservancy en Kenia. Desde hacía más de un año el rinoceronte sufría una infección en la pata, una condición que, a pesar del tratamiento y los cuidados, empeoró en las 24 horas anteriores a su muerte. El equipo de veterinarios del Zoo Dvur Králové, Ol Pejeta y el Kenya Wildlife Service decidió ayer practicarle la eutanasia para evitar su sufrimiento.
Tras su muerte, la subespecie solo cuenta con dos únicas supervivientes. Se trata de dos hembras: la hija y la nieta de Sudán. Pero en estado salvaje la subespecie se dio por extinta en 2008 según la organización WWF. Sudan fue el último rinoceronte blanco del norte en nacer estado salvaje.
Estos rinocerontes, que habitaban en Uganda, República Central Africana, Sudan y Chad, fueron aniquilados en los años 70 y 80 durante la crisis de la caza furtiva, que se encrudeció por la alta demanda de cuernos para la medicina tradicional china en Asia y para la fabricación de mangos de dagas en Yemen. Los últimos ejemplares en estado salvaje fueron asesinados en la República Democrática del Congo a principios de los años 2000.
La última esperanza ahora para preservar a esta subespecie es el desarrollo de técnicas de fertilización in vitro.
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