Las primeras semanas de vida de una ballena jorobada son un cúmulo de sensaciones. Su capacidad para nadar bajo el agua está aún muy limitada y debe permanecer cerca de la superficie, pero si quiere alimentarse debe conseguir ponerse debajo de su gigantesca madre y asirse a uno de sus pezones. ¿Cómo lo consigue? ¿Qué estímulos visuales y auditivos le guían en esas incursiones y cómo le ayuda la madre?
Hasta ahora, el proceso ha sido difícil de observar directamente y apenas había algunos testimonios fotográficos de cómo se alimentan las crías de ballena. Ahora, un equipo de investigadores de la organización no gubernamental Cétamada y de la Universidad París Sur ha conseguido instalar una cámara en el lomo de una cría de ballena jorobada de Madagascar y registrar el mundo desde su punto de vista durante varios días. Los resultados, publicados en la revista Animals, ofrecen una información muy valiosa sobre el comportamiento de estos cetáceos gracias a “la primera cámara que se acopla a la cría de una ballena jorobada para estudiar las interacciones madre-hija”, según los autores.
La grabación nos ofrece la oportunidad de observar el mundo desde los ojos de una de estas ballenas, que trata de seguir a su madre y de cuando en cuando consigue sumergirse para aferrarse a la mama. Debido a la dificultad, estas inmersiones son muy breves, pero como el contenido de la leche es de entre el 45 y el 60 por ciento de grasa, relatan en Mongabay, es suficiente para que la cría crezca. En un estudio de 2017, otro equipo había conseguido observar solo cuatro de estos momentos de succión, que duraron una media de 31 segundos antes de que la hija tuviera que emerger para respirar.
La madre baja la velocidad a la que nada y enseña a la cría a mantenerse en la superficie
En esta ocasión, los investigadores no solo han conseguido filmar el proceso, sino que las observaciones se han combinado con el sonido registrado por los hidrófonos y los datos obtenidos por un acelerómetro y los registros de temperatura y presión de los distintos sensores. El ambiente sonoro es muy interesante para los científicos, puesto que, como se aprecia en el vídeo, estos cetáceos se mueven entre constantes llamadas sociales y el sonido de las aletas al chocar con el agua. Toda esta información les ha permitido observar que la madre baja la velocidad a la que nada para que la cría pueda seguirla y le enseña a mantenerse en la superficie para respirar mientras ella permanece debajo. “Esta grabación de vídeo es una increíble oportunidad para estudiar el cuidado materno”, concluyen los autores. “Con un mejor conocimiento de las ballenas jorobadas, podremos protegerlas mejor”.
Referencia: A note on suckling behavior and laterality in nursing humpback whale calves from underwater observations (Animals)
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación