Cuando una persona es infectada por el virus de la rabia, comienza una siniestra carrera por sus conexiones nerviosas que en pocas horas lo convierte en letal. El virus tiene la particularidad de que se desplaza por las conexiones nerviosas como si se tratara de las vías de un tren, a un ritmo vertiginoso de entre 5 y 8 centímetros por día. Una vez que alcanza el cerebro, los médicos ya no tienen mucho que hacer por la víctima.
El virus viaja por las conexiones nerviosas como si fueran las vías de un tren
Los científicos que estudian el sistema nervioso llevan tiempo sacando partida de esta característica del virus para obtener información de las conexiones neuronales. Se introduce una versión modificada de la rabia en el organismo de un ratón y se sigue su rastro por el cuerpo. Al virus se le suele añadir una proteína bioluminiscente, de modo que el virus va dejando un camino iluminado a su paso que revela las conexiones nerviosas como si fueran un árbol de Navidad.
El equipo de Edward Callaway, del instituto Salk de EE.UU., presenta esta semana en Cell Reports una nueva técnica basada en el virus de la rabia que mejora 20 veces la definición y eficacia de las anteriores. "Con este nuevo trazador de la rabia podemos visualizar la conectividad neurona a neurona y a través de largas distancias mejor que con los trazadores anteriores, asegura Euiseok Kim, que coordina el estudio. El método desarrollado en el laboratorio de Callaway tiene la ventaja de que se expande de manera controlada por las vías nerviosas que los científicos consideran de interés. Para ello, los autores del estudio modificaron las glicoproteínas del exterior del virus que le permiten entrar en el interior de determinadas células. Posteriormente modificaron determinados grupos de neuronas de los ratones, programadas para dejar pasar a los virus con ese tipo específico de glicoproteínas.
La herramienta puede servir para entender mejor el autismo o la esquizofrenia
"Para entender de verdad una función del cerebro tenemos que entender cómo se conectan los diferentes tipos de neuronas unas a otras a través de áreas cerebrales muy distantes", explica Callaway. "El método de seguimiento mediante la rabia que hemos desarrollado nos permite hacer eso, pero estamos etiquetando solo una parte de todas las conexiones". Con esta mejora, los autores del estudio esperan contribuir a conocer mejor cómo se conectan determinadas zonas del cerebro en desórdenes donde la conectividad es esencial, como el autismo o la esquizofrenia.
Referencia: Improved brain mapping tool 20 times more powerful than previous version (Cell reports)
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