Piensa por un momento en los planetas que conoces. Intenta configurar una imagen mental de todos y cada uno de ellos: Marte con su color rojizo y sus afilados cañones, Júpiter y su gran mancha multicolor, Saturno danzando con su espectacular sistema de anillos, los preciosos azules marinos de los gigantes Neptuno y Urano. Sin embargo, si te piden que visualices Plutón, ¿qué imagen pasaría por tu mente? Seguro que pensarías en un cuerpo frío y oscuro, pero poco más.
La culpa de no saber a ciencia cierta cómo es Plutón no es tuya. Después de décadas de exploración espacial no tenemos ninguna imagen real nítida de cómo puede ser este misterioso cuerpo planetario. Por mucho que creas que han avanzado las técnicas en telescopios, satélites y sondas, a día de hoy no sabemos realmente qué aspecto tiene el humilde, gélido y recién degradado Plutón. Lo que más se acerca a una imagen del planeta enano es una serie de tomas, realizadas por el telescopio espacial Hubble en diferentes ángulos, captada mediante varias horas de exposición y que posteriormente se retocaron para añadirles color basándose en datos espectroscópicos.
Imagen: Hubble/NASA/ESA
Ninguna misión, sonda o rover planetario ha llegado jamás a acercarse y fotografiar Plutón y su sistema de lunas. Ninguna… hasta ahora. Dentro de unos días, el próximo 6 de diciembre, y tras ocho largos años de viaje espacial, la sonda New Horizons despertará de su hibernación y afrontará el último tramo hasta su destino final. Después de la gran atención mediática conseguida por la sonda Rosetta-Philae, te ofrecemos las razones por las que New Horizons se convertirá en la próxima misión que te dejará con la boca abierta.
Tres décadas de trabajo
Si no se hubiese lanzado en fecha, tendríamos que haber esperado hasta el año 2226.
La conocemos como New Horizons pero en realidad ha tenido muchos nombres a lo largo de casi treinta años. La idea era simple: después del éxito conseguido con las misiones Voyager visitando los grandes planetas gaseosos del Sistema Solar, el siguiente paso lógico era documentar los confines de nuestro propio vecindario. Había que crear una Voyager para los mundos helados.
Nos remontamos a mediados de los años ochenta cuando desde el Jet Laboratory Propulsion de la NASA (JPL) se redacta un primer “Pluto pre-project”. En él se detallan los pasos de una posible misión que, en un principio, constaría de dos sondas destinadas a estudiar Plutón (por aquel entonces aún era considerado un planeta) y su único satélite conocido: Caronte.
Recreación artística de lo que podría ser la superficie de Plutón con su luna Caronte al fondo. Crédito ESO (European Southern Obserbatory)
Se denominó “Pluto Fast Flyby” ya que sería una misión de sobrevuelo que pasaría fugazmente por aquellos mundos helados y seguiría su rápido curso hacia los confines del Sistema Solar, tal y como hicieron en su día las Voyager. El proyecto se canceló y en su lugar apareció un nuevo sustituto: “Pluto Kuiper Express” en el que al sobrevuelo de Plutón y Caronte se añadía el estudio de los objetos transneptunianos y cometas del Cinturón de Kuiper.
La misión se debería haber lanzado en 2001, pero finalmente volvió a descartarse debido a problemas presupuestarios. Aun así, el germen y las bases fundamentales de la actual sonda ya estaban sembrados y ese mismo año nacía la misión New Horizons con su denominación actual.
Una ventana de oportunidad única: Era ahora o posiblemente nunca.
Alcanzar Plutón no es fácil. Se necesita la confluencia de muchos factores para que un viaje de estas características sea posible. Su lejanía hace que Plutón necesite aproximadamente 247,6 años para completar un giro alrededor del Sol. Además su órbita es extremadamente excéntrica por lo que el plazo en el que se encuentra más cercano a la Tierra ofrece una ventana de lanzamiento muy reducida. O la misión se lanzaba aprovechando esa oportunidad o el cuerpo se iría alejando progresivamente de nosotros y tendríamos que esperar más dos siglos para conseguir un acercamiento similar.
El plazo óptimo de lanzamiento duraba veinte años pero los sucesivos retrasos y cancelaciones de la misión a Plutón hicieron que el lanzamiento se produjera en 2006, cuando el cuerpo ya está alejándose. De hecho, si no se hubiera lanzado ahora tendríamos que haber esperado hasta el año 2226.
Durante su viaje hemos descubierto dos nuevos satélites de Plutón y se espera encontrar más.
A esta dificultad se unen estudios que serían imposibles de realizar en otro momento. Plutón posee una tenue atmósfera compuesta por mayoritariamente por hidrógeno y metano que tiene una particularidad: desaparece cuando se aleja del Sol. Conforme su órbita le aleja de la estrella, el intenso frío hace que los gases se congelen y terminen cayendo a la superficie. Así pues, durante la mayor parte de su órbita Plutón no tiene atmósfera por lo que solo se puede estudiar cuando el cuerpo comienza a acercarse nuevamente al Sol y el calor hace que los gases depositados en su superficie sublimen.
Mundos desconocidos
Mundos tan lejanos y desconocidos que ha ocurrido algo realmente curioso: durante los ocho años que lleva viajando la sonda New Horizons se han descubierto nuevas lunas de Plutón que no conocíamos. Cuando la sonda despegó el 19 de enero de 2006 tan solo sabíamos de la existencia de un satélite en Plutón: el gran Caronte. Desde ese año, y mientras la misión viajaba a través del Sistema Solar, el planeta enano ha revelado tener un vecindario mucho más poblado de lo que pudiéramos imaginar.
La New Horizons despegó con el objetivo de estudiar Plutón y su luna Caronte, pero resulta que a día de hoy ya se han descubierto cuatro satélites más mientras estaba de viaje.
Nuevos cuerpos descubiertos orbitando Plutón. Crédito: Hubble/NASA/ESA
En junio de 2006, el mismo año del despegue, el telescopio espacial Hubble confirmaba la existencia de dos lunas más. Las iniciales de la misión New Horizons sirvieron para nombrar estos nuevos cuerpos que se denominaron Nix e Hidra como homenaje a la sonda que los visitará por primera vez. En 2011, y posteriormente en 2012, mientras la New Horizons se encontraba entre Júpiter y Neptuno, el Hubble volvía a dar la sorpresa anunciando que había descubierto dos lunas más orbitando alrededor del sistema doble Plutón-Caronte. Se bautizaron como Cerbero y Estigia. Los ingenieros de la misión ven muy probable que New Horizons descubra nuevas lunas y cuerpos alrededor de Plutón que hasta el momento no hemos podido detectar con el Hubble.
Hasta el infinito y más allá…
Actualmente la New Horizons es el tercer artefacto humano más veloz tras las dos Voyager, y marcó un record en su lanzamiento al ser la nave que más rápido ha despegado desde la Tierra alcanzando los 57 700 km/h en su impulso inicial. Para escapar de la gravedad de nuestro planeta, y efectuar el largo camino hasta su destino, se utilizó una versión potenciada del cohete Atlas V junto con la etapa superior Centaur, ambas responsables de la mayoría de grandes lanzamientos planetarios de la NASA.
A diferencia de otras misiones, como la sonda Cassini-Huygens que aún permanece en órbita de Saturno enviándonos sus maravillosas imágenes, la New Horizons es una misión de sobrevuelo (Flyby) por lo que pasará por Plutón y sus lunas a la vertiginosa velocidad de 14 km por segundo. La mayoría del viaje de la New Horizons se ha realizado en hibernación, salvo por su breve paso por Júpiter, donde despertó para demostrarnos de lo que es capaz de conseguir, captando una impresionante erupción del volcán Tvashtar en la Luna Ío.
La nube de dióxido de azufre volcánica expulsada por el volcán supera los 330 kilómetros de altura. Crédito: New Horizons/NASA
El largo viaje hacia Plutón ha hecho que la misión se haya ido modificando y ampliando sobre la marcha. Al estudio de las nuevas lunas descubiertas tras su lanzamiento se ha añadido el paso por otros cuerpos transneptunianos del Cinturón de Kuiper. Desde 2011 el telescopio espacial Hubble ha estado buscando sin descanso otros posibles objetivos para la sonda y hace tan solo unos días, el 14 de octubre, los responsables de la misión han anunciado que ya tienen tres firmes candidatos.
Tras su estudio de los objetos en el cinturón de Kuiper, New Horizons se convertirá en la quinta sonda en salir del Sistema Solar algo que tan solo estaba reservado para las dos Voyager y las Pioneer 10 y 11, todas ellas lanzadas en los años ‘70.
La foto más esperada
Los más de 30 kilogramos de instrumental científico incluyen espectrómetros tanto en infrarrojo como en ultravioleta, experimentos de espectrómetros de plasma, material para analizar los campos magnéticos, un pequeño contador de partículas de polvo y micrometeoros construido y operado por estudiantes, etc. Pero por supuesto lo que todos estamos esperando son las capturas de la cámara LORRI (Long Range Reconnaissance Imager) que por fin nos revelarán el aspecto real de Plutón junto con sus otras lunas. La vista conjunta de Plutón y Caronte en los oscuros y gélidos límites del Sistema Solar será una panorámica inigualable.
El próximo 6 de diciembre New Horizons despertará de su largo letargo.
El próximo 6 de diciembre New Horizons despertará de su largo letargo y afrontará el último tramo hasta los confines del Sistema Solar. El 14 de junio de 2015, exactamente a las 7:49:59 EDT habrá alcanzado el punto de máximo acercamiento a Plutón.
A partir de aquí, todo puede pasar…
Sobre el autor. Javier Peláez es divulgador científico y colaborador de Next. Puedes seguir sus trabajos en La Aldea Irreductible.
Referencias científicas y más información: Agradecemos a Daniel Marín, físico y divulgador en el blog Eureka, su ayuda en la realización de este artículo. Hal Weaver Observing Campaigns to Support the New Horizons Pluto/KBO Mission New Horizons Project Scientist JHU/APL | Página web oficial de New Horizons NASA | New Horizonts cuenta de tuiter @NASANewHorizons
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