El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha presentado las primeras imágenes de la que será la futura Base Antártica Española Juan Carlos I, ubicada en la isla Livingston. La base es una Instalación Científico-Técnica Singular del catálogo de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación y está gestionada por el CSIC a través de su Unidad de Tecnología Marina.
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El origen de la base del CSIC se remonta a 1988. En un primer momento, la instalación del CSIC podía alojar a 12 personas, una cifra que aumentó a 25 años después con la instalación de nuevos módulos.
La nueva sede estará disponible a partir de la campaña 2017/2018
La nueva sede, que estará disponible a partir de la campaña 2017/2018, podrá acoger a 52 científicos y técnicos en sus 2.000 m habitables, sus 600 m de laboratorios y sus 1.500 m de almacenamiento. El módulo habitable está dividido en tres: uno de ellos contiene la enfermería, la cocina, la despensa, las cámaras frigoríficas, el salón comedor, el gimnasio y los despachos, y los otros dos están ocupados por los dormitorios y los baños.
El presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, destaca uno de los objetivos de la base: “La Juan Carlos I acoge, desde sus orígenes, a investigadores del CSIC, por supuesto, pero también a investigadores de cualquier parte del mundo. La ciencia es multidisciplinar e internacional, por lo que la base tiene ese objetivo, que toda la comunidad científica pueda llevar a cabo allí sus proyectos de investigación”.
La base gestionada por el CSIC acoge proyectos científicos de todo tipo. Cambio climático, deshielo, pingüinos, contaminación, sismicidad y plancton son algunos de los temas que allí se investigan.
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