Observar la vida de los corales a nivel microscópico entraña varias dificultades. La primera es que el mar es un medio inestable, con corrientes que impiden que el dispositivo esté quieto durante la observación; la segunda es que se debe mantener una cierta distancia para no perturbar el propio objeto observado, y la tercera es la necesidad de fuentes de luz. Aunque los corales se pueden observar en el laboratorio, verlos con detalle en su propio entorno es fundamental para entender cómo responden a los cambios de acidez y temperatura del agua o cómo interaccionan con otros organismos.
Por eso el sistema presentado por el equipo de Andrew Mullen esta semana en Nature Communications tiene especial valor. Se trata de un sistema de observación microscópica que permite observar los corales in vivo con una resolución de una micra, cuando los aparatos más sofisticados daban hasta ahora resoluciones entre 20 y 50 micras.
El trabajo viene acompañado de una serie de grabaciones en las que se puede observar a estas colonias de seres vivos con un detalle que hasta ahora era inédito y demuestra que el microscopio puede ser manejado por los buceadores durante horas, lo que permite documentar algunos procesos que se producen bajo el mar de forma muy lenta.
En los vídeos que aporta Mullen y su equipo se puede observar cómo los corales compiten por el espacio o cómo emiten una serie de filamentos cuando se sienten amenazados. Los autores también han cuantificado el ritmo con el que las algas cubren los corales durante los procesos en los que quedan blanqueados y muertos y han descubierto un comportamiento desconocido entre los pólipos que los científicos han bautizado como 'besos'.
Referencia: Underwater Microscopy for In Situ Studies of Benthic Ecosystems (natue Communications) DOI 10.1038/ncomms12093
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación