Ciencia

Los orígenes de nuestra especie cambian de lugar y de fecha

El hallazgo y datación de los fósiles de cinco Homo sapiens en el yacimiento de Jebel Irhoud, en Marruecos, sacude lo que sabíamos hasta ahora. Los restos tienen 300.000 años y sitúan a los primeros humanos anatómicamente modernos en el norte de África, 100.000 años antes de los hallados en Etiopía y considerados los más antiguos.

El mapa de la evolución humana no para de recomponerse y mover sus fronteras a medida que vamos ampliando nuestro conocimiento. El último bombazo en paleoantropología lo presenta un equipo internacional de expertos en dos trabajos publicados por la revista Nature que sitúan a los primeros restos de Homo sapiens en el norte de África y corren el reloj de los orígenes de nuestra especie 100.000 años atrás.

El hallazgo revela que Homo sapiens se extendió por todo el continente africano hace 300.000 años

El equipo de Jean-Jacques Hublin y Abdelouahed Ben-Ncer presentan el descubrimiento de cinco nuevos fósiles de Homo sapiens en el yacimiento de Jebel Irhoud, en Marruecos, con una antigüedad de entre 300.000 y 350.000 años. Anteriormente, se consideraban los fósiles hallados en el sitio de Omo Kibish y Herto, en Etiopía, los más antiguos de Homo sapiens, con una edad de unos 195.000 y 160.000 años, por lo que la teoría más aceptada era que los primeros humanos como nosotros habían aparecido en algún lugar en el este de África y desde ahí se habían expandido al resto del mundo en un lento goteo de migraciones. Los nuevos resultados, sin embargo, indican que la evolución de los primeros Homo sapiens fue más compleja y sucedió, aparentemente, por todo el continente africano. “Solíamos pensar que la cuna de la humanidad se situaba hace 200.000 años en el este de África, pero nuestros nuevos datos revelan que Homo sapiens se extendió por todo el continente africano hace 300.000 años”, explica Hublin. “Mucho antes de las dos grandes migraciones ‘out of Africa’, hubo una dispersión dentro de la propia África”.

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El yacimiento marroquí de Jebel Irhoud se conoce desde la década de 1960 por los restos humanos y las herramientas de la Edad de Piedra halladas en él. Sin embargo, la interpretación de estos restos ha sido complicada debido a algunas incertidumbres sobre la edad geológica del sitio. En 2004 se inició un nuevo proyecto de excavación y el numero de fósiles humanos encontrados en el lugar creció de 6 a 22. Los restos incluyen cráneos, dientes y huesos largos de al menos cinco individuos. Para datarlos, el equipo de Shannon McPherron utilizó la técnica de termoluminiscencia para examinar los fragmentos de sílex calentados al fuego que aparecen en los depósitos, que indican una antigüedad de 300.000 años, muy superior a lo sospechado hasta ahora. Además, los autores pudieron recalcular la edad de una de las mandíbulas encontradas en los años 60 con medidas de radiación más modernas, cuyo resultado coincidió con el de los restos de sílex.

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Según el nuevo análisis, los fósiles de Jebel Irhoud tenían una cara y unos dientes de aspecto moderno, idénticos a los nuestros, pero presentan una pequeña diferencia en la cavidad craneal. Utilizando tomografía computerizada, Hublin y su equipo han reconstruido en 3D la anatomía facial y craneal de estos individuos y destacan la forma alargada y arcaica de la cavidad craneal. “La forma interna del craneo refleja la forma del cerebro”, asegura Philipp Gunz, paleoantropólogo del Instituto Max Planck. “Nuestros hallazgos sugieren que la morfología moderna de la cara humana se estableció temprano en la historia de nuestra especie, y que la forma del cerebro, y posiblemente la función cerebral, evolucionó dentro del linaje de Homo sapiens”. Estos cambios estarían conectados con una serie de cambios genéticos que afectan a la conectividad cerebral y la organización y desarrollo del cerebro que distinguen a los humanos actuales de nuestros ancestros.

En un artículo complementario publicado también en Nature, los investigadores Chris Stringer y Julia Galway-Witham concluyen que el hallazgo de estos fósiles podría “iluminar la evolución de nuestra especie de una manera equivalente a cómo los hallazgos de fósiles preneandertales en la Sima de los Huesos, en Atapuerca, han permitido comprender el desarrollo de los neandertales”.

Referencias: New fossils from Jebel Irhoud, Morocco, and the pan-African origin of Homo sapiens (Nature) DOI 10.1038/nature22336 | The age of the hominin fossils from Jebel Irhoud, Morocco, and the origins of the Middle Stone Age (Nature) DOI 10.1038/nature22335

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