Ciencia

El paisaje intestinal cambia con las estaciones

El microbioma de los últimos cazadores-recolectores varía sustancialmente durante los periodos de lluvia y sequía. También es radicalmente distinto al de los habitantes de sociedades industrializadas, lo que puede ayudar a entender algunos problemas de salud.

Las bacterias que viven en nuestros intestinos podrían ser un factor determinante para nuestra salud y afectar mucho mas a nuestra vida cotidiana de lo que pensábamos. Este es el punto de partida de decenas de científicos que estudian desde hace unos años el microbioma, que es como se llama al catálogo de microorganismos que pueblan nuestras entrañas y ayudan a nuestro metabolismo. La revista Science abre su edición de este jueves con el último avance en este terreno, un interesante estudio realizado por el equipo de Samuel Smits con uno de los últimos grupos de cazadores-recolectores del planeta, el pueblo de los Hadza que vive en el centro de Tanzania, en África.

Los autores tomaron hasta 350 muestras fecales de 188 individuos Hadza

Los autores acudieron a la zona durante los años 2013 y 2014 y tomaron hasta 350 muestras fecales de 188 individuos Hadza en diferentes periodos del año para analizar la composición de su microbioma. El resultado indica que el tipo de bacterias que habita en el intestino de estas personas cambia sustancialmente en las estaciones húmeda y seca, un hecho que hasta ahora no había sido bien documentado. El cambio se debe fundamentalmente a la variación en la dieta: en la estación lluviosa los Hadza consumen frutos del bosque y abundante miel, mientras que en la estación seca se dedican principalmente a cazar.

En concreto, el 70 por ciento de los Bacteroidetes desaparecían entre el final de la estación seca y el principio de la húmeda, aunque la mayoría de las cepas reaparecían más tarde en el tiempo. En total, los investigadores identificaron cuatro familias de bacterias que eran especialmente variables durante los distintos periodos y vieron que la variedad era mayor durante la época seca que en la de lluvias. Como apunta Justin L. Sonnenburg en un artículo complementario en Science, esto es particularmente interesante porque estudios anteriores no documentaban estos cambios estacionales y una mayor variedad de especies está considerada como un factor protector de la salud.

Una mayor variedad de especies está considerada como un factor protector

En la segunda parte del estudio, Smits y su equipo compararon el microbioma de los Hadza con los de 18 poblaciones de 16 países y comprobaron que el intestino de los habitantes de los lugares uñas industrializados estaba dominado por los Bacteroidetes, a diferencia de quienes viven en lugares con mayor contacto directo con la naturaleza. Asimismo, dos de las familias de bacterias que se encuentran en los grupos que viven como cazadores-recolectores no se encuentran en absoluto en los microbiomas industrializados.

Los Hadza también poseen más enzimas para procesar carbohidratos procedentes de las plantas, muy útil en una dieta rica en vegetales, a diferencia de la de los urbanitas, que consumen más carne. Estos últimos también presentan un mayor número de bacterias resistentes a los antibióticos, debido a la exposición a los medicamentos. Los resultados concuerdan con los obtenidos por otros científicos como María Domínguez-Bello, que también participa en este trabajo y que ha comparado anteriormente el microbioma de los habitantes de las grandes ciudades con la de los pobladores del Amazonas. Según sus resultados, en las sociedades industrializadas hemos perdido aproximadamente un 50% de la diversidad de bacterias y tenemos una microbiota muy diferente, lo que podría explicar la proliferación de algunas enfermedades autoinmunes.

Referencia: Seasonal cycling in the gut microbiome of the Hadza hunter-gatherers of Tanzania (Science)

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