Ciencia

Los humanos modernos llegaron a China mucho antes que a Europa

El hallazgo de restos de Homo sapiens de más de 80 000 años en China cambia lo que sabemos sobre la expansión del ser humano. Un equipo internacional de investigadores ha encontrado pruebas de que los primeros humanos modernos llegaron a extremo oriente muchísimo antes que a Europa. El análisis de 47 piezas dentales por la española María Martinón ha sido clave.

Durante las últimas décadas, uno de los mayores misterios del registro fósil era la ausencia de restos de humanos modernos (Homo sapiens) de más de 45 000 años en el extremo oriental de Asia, donde sí son frecuentes otros fósiles. Como consecuencia de esta falta de pruebas, en la comunidad científica se había impuesto la hipótesis de que los humanos modernos salieron en una gran oleada de África hace 50 000 años y de ahí llegaron a Europa, donde terminaron presionando a los neandertales hasta su desaparición.

El hallazgo podría explicar  la llegada tardía de los sapiens al continente europeo

Pero el trabajo publicado este miércoles en la revista Nature por un grupo internacional de investigadores puede cambiarlo todo. El equipo de Wu Liu, Xu-jie Wu y la española María Martinón presenta las primeras pruebas de que hubo humanos modernos en el lejano oriente hace entre 80 000 y 120 000 años, lo que significa que pudieron llegar a esta zona mucho antes que a Europa, algo que se desconocía hasta el momento y que supone un auténtico bombazo en paleoantropología. En el trabajo ha sido clave el análisis realizado por Martinón de las 47 piezas dentales halladas recientemente en la cueva de Fuyan, en Daoxian, en el sudeste de China, cuyos resultados indican que se trata de dientes de humanos anatómicamente modernos, más pequeños que los de especímenes del Pleistoceno tardío en Asia y África y muy parecidos a los de los humanos actuales.

“Estamos hablando de dientes de humanos modernos y que están entre 80 y 120 000 años, en el sur de China, mucho antes de lo esperado”, explica Martinón a Next. Esto significa que los primeros Homo sapiens pudieron poblar las regiones más extremas de Asia entre 30.000 y 70.000 años antes que el Mediterráneo oriental y Europa, un dato que sacude lo que se pensaba hasta ahora sobre la expansión del género humano desde su salida de África. “La idea clásica es los sapiens que encontramos en Europa son descendientes de una oleada de humanos modernos que salieron hace 50.000 años de África”, indica Martinón. “Hasta ahora no había ningún yacimiento convincente de que hubieran salido antes, pero éste lo es”. Los únicos fósiles que planteaban alguna duda, matiza, corresponden a los yacimientos de Skhul y Qafzeh, en Oriente Medio, con una antigüedad de unos 90.000 años. “La diferencia es que aquellos son más arcaicos y se dice que están ‘en el borde de la modernidad’, mientras que lo que hemos encontrado ahora son completamente modernos, se parecen a poblaciones más tardías del Pleistoceno e incluso a los humanos actuales”.

El hallazgo cuestiona el ‘Out of Africa’; pudo haber varias oleadas de humanos

En el yacimiento de Fuyan solo se han conservado los elementos más resistentes, que son los dientes, de un mínimo de 13 individuos, y no se han encorado herramientas, aunque sí restos de fauna que facilitan la datación.  Uno de los elementos que más preocupaban a María Martinón y José María Bermúdez de Castro era que la datación estuviera bien hecha, algo que ha tirado por tierra otros hallazgos anteriores. Ambos visitaron el yacimiento en persona el pasado mes de octubre y tuvieron ocasión de comprobar que “la estratigrafía del yacimiento era clarísima”. “El hallazgo era tan asombroso”, confiesa Martinón, “que tenías que comprobarlo por ti mismo como Santo Tomás, ‘si no meto el dedo no me lo creo’”.

Por si fuera poco interesante, los autores del trabajo creen que podría proporcionar alguna pista sobre la llegada tardía de los sapiens al continente europeo y su relación con los neandertales. “Lo que nos estamos preguntando”, relata Martinón, “es por qué estos humanos que salieron tan pronto a Asia no entraron en Europa, y la respuesta es que quizá porque no podían, porque los neandertales estaban allí”. En otras palabras, existe la posibilidad de que los neandertales ejercieran un tapón ecológico a la llegada de los sapiens, de modo que estos no se asentaron del todo hasta que estos hubieron entrado ya en declive. “Se pensaba que la superioridad sapiens provocó la extinción de los neandertales”, prosigue la investigadora, “pero quizá Europa era demasiado pequeña para los dos y solo entraron cuando los neandertales empezaron su declive, castigados por los periodos glaciales e inviernos tan crudos”.

“Queda la duda de si los sapiens de Europa provienen de África o de Asia”

El trabajo abre también otras incógnitas sobre quiénes eran estas poblaciones de primeros sapiens y que ocurrió con ello, en qué otros grupos evolucionaron. En general, ante este panorama, los autores aprecian un panorama en que los sapiens tuvieron más sencillo avanzar hacia el este y el sur, mientras que en las poblaciones del norte sobrevivieron especies más fuertes y adaptadas al frío, como neandertales y denisovanos. “Es bonito que Asia también tenga cosas que contar sobre la historia principal de Homo sapiens y de neandertal”, dice Martinón. Por otro lado, este hallazgo rompe la cuarentena a la que se había sometido cualquier otra hipótesis distinta de la conocida como “Out of África” y una sola oleada de humanos. Parece que la realidad fue más compleja y fascinante que todo eso y que pudo haber varias oleadas de sapiens en diferentes momentos. “Queda la duda de si los humanos modernos de Europa provienen de África o de Asia”, concluye Martinón. “Pudo haber sapiens africanos y asiáticos. Ahora toca juntar todos los datos, genéticos, morfológicos… y saber el origen y el destino de estas poblaciones, qué les pasó, si llegaron y se extinguieron, o se mezclaron con otras poblaciones”. En otras palabras, el gran libro sobre el origen de los humanos modernos aún tiene muchas páginas por escribir.  

Referencia: The earliest unequivocally modern humans in South China (Nature) DOI 10.1038/nature15696

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