Durante mucho tiempo, los científicos no han tenido una explicación clara para el hecho de que la malaria se mantenga activa en ciertas regiones después de los meses secos, cuando los mosquitos desaparecen de la circulación. Ahora, un equipo internacional de investigadores liderados por Silvia Portugal, del Instituto Max Planck, ha descubierto los mecanismos genéticos que permiten al parásito de la malaria, Plasmodium falciparum, “esconderse” durante meses en la sangre de portadores humanos sin causar síntomas para regresar más tarde con las lluvias y reiniciar el ciclo.
En el trabajo, publicado en la revista Nature Medicine, los investigadores detallan cómo siguieron a 600 personas en Mali, con edades comprendidas entre los tres meses y los 45 años, durante 2017 y 2018. Tras tomar muestras de sangre de los voluntarios cada cierto tiempo, los autores descubrieron que durante la estación seca el parásito P. falciparum presentaba un patrón de transcripción genético distinto. Este patrón está asociado con una adherencia menor de las células infectadas a los glóbulos rojos, lo que que les permite mantenerse en niveles bajos, como una especie de reservorio vivo del protozoo que produce la enfermedad.
“Los parásitos aislados durante la estación seca presentan una transcripción diferente de aquellos obtenidos en individuos con las fiebres de la malaria durante el periodo de mayor transmisión”, escriben los autores. Esto les permite concluir que estas características contribuyen a que una baja reserva de P. falciparum se mantenga en algunas personas sin manifestar ningún síntoma y sin que el sistema inmune lo detecte, lo que le permite mantenerse hasta la sesión de lluvias, cuando volverá a reiniciar el ciclo de contagios a nuevos huéspedes través de los mosquitos. Los autores aseguran que hacen falta más estudios para conocer cómo influyen las condiciones ambientales en estos cambios genéticos que permiten al parásito su supervivencia.
Los humanos asintomáticos son un reservorio del parásito hasta la estación de las lluvias
La malaria es la principal causa de muerte en África, donde solo en 2018 acabó con la vida de 400.000 personas. Aunque la mayoría de casos se producen durante la estación húmeda, cuando los mosquitos que transmiten el parásito están activos, los individuos portadores asintomáticos serían el vehículo que le permite cruzar este “puente” de varios meses en los que no llueve y no disponen de un vector de transmisión. Queda ahora por entender mejor cómo consigue el parásito engañar al sistema inmune y no ser detectado durante todo este tiempo.
Referencia: Increased circulation time of Plasmodium falciparum underlies persistent asymptomatic infection in the dry season (Nature Medicine) DOI 10.1038/s41591-020-1084-0
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