En el año 1789, mientras atisbaba por primera vez la verdadera escala de lo que veía por su telescopio, el astrónomo William Herschel describió el universo como “un jardín exuberante” en el que se daba “la mayor variedad de producciones”. Dos siglos después, los pamploneses pueden pasear por el Jardín de la Galaxia, una instalación en la que más de 300 arbustos representan, a escala, los cúmulos, nebulosas y estrellas de los brazos de nuestra Vía Láctea. El jardín, que es una réplica del modelo construido en Hawái por el artista y visionario Jon Lomberg, es una iniciativa del Ayuntamiento de Pamplona y del Pamplonetario y pretende ser una herramienta de para la divulgación científica y, en última instancia, recordar cuál es la escala humana en el universo.
El jardín tiene 30 metros de diámetro con forma de ‘espiral’ y en breve tendrá alrededor de 500 arbustos de flores que han sido apadrinados por distintas instituciones, incluida la UNESCO. El suelo entre los brazos está realizado en un árido oscuro que crepita emulando así el polvo cósmico y la materia oscura entre las estrellas. El centro del jardín está ocupado por una fuente que representa el agujero negro central de la Vía. El agua que salta representa los chorros de materia observados en el entorno del agujero negro. El jardín esta rodeado por un seto de laurel.
Los arbustos apadrinados responden a cinco variedades distintas: un Hibiscus syriacus (Rosal de Siria); Eleagnus ebbingei (Eleagnus); Cordyline indivisa “Red Star”; Aucuba Japonica (Laurel Manchado) y Salix integra "Hakuro Nishiki" (Sauce Moteado). Quieren representar por su aspecto y colorido cielo estrellado, nebulosas, polvo estelar o cúmulos globulares.
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