Es difícil datar la antigüedad de los fósiles conservados en ámbar, pero los científicos calculan que estas flores pueden tener en 20 y 45 millones de años y que crecieron en lo que hoy es la Cordillera Septentrional de la República Dominicana. Se trata de los restos de dos flores magníficamente conservadas cuyo hallazgo se publica este lunes en Nature Plants.
El equipo de George Poinar y Lena Struwe describe en el trabajo estos especímenes de apenas un centímetro de longitud y llega a la conclusión de que se trata de una especie representativa de las astéridas, uno de los grupos de plantas más diversos de la actualidad, en el que se incluyen los girasoles, el café, los pimientos o la menta. El análisis indica también que se trata de una especie del género Strychnos, por lo que han bautizado a la nueva especie como Strychnos electri, a partir de la palabra griega para el ámbar, elektron.
El proceso por el que estos restos se conservan tan bien comienza cuando un insecto o una planta queda atrapada en resina antes de que ésta se solidifique. Una vez dentro, el espécimen queda conservado en el interior del ámbar durante millones de años. Los científicos esperan que este hallazgo ayude a comprender mejor la evolución y composición de los bosques que existieron en esta zona del Caribe mucho antes de que América del Norte y del Sur se unieran por el istmo de Panamá.
"Estos especímenes nos dan una visión de los ecosistemas del pasado remoto"
"Los especímenes son bellos fósiles de flores perfectamente conservadas, que germinaron en algún momento en plantas que vivían en los bosques brumosos tropicales", explica Poinar. "Estos especímenes nos dan una visión de los ecosistemas del pasado remoto", prosigue. "Muestra que las astéridas, que posteriormente dieron a los humanos todo tipo de alimentos y otros productos, estaban evolucionando ya hace muchos millones de años".
Las astéridas son uno de los grupos más importantes y diversos de plantas, con 10 órdenes, 98 familias y unas 80.000 especies, lo que representa un tercio de la diversidad de las angiospermas o plantas con flores. Un aspecto interesante es que en su mayoría se trata de plantas muy tóxicas y de algunas de ellas se derivan venenos como el curare que utilizan los indígenas de la Amazonía. "Las especies del género Strychnos son casi todas tóxicas de alguna manera", explica Poinar. "Cada planta tiene sus propios alcaloides con diferentes efectos. Unas son más tóxicas que otras, y puede que tuvieran éxito porque sus venenos ofrecían cierta defensa contra los herbívoros".
Referencia: An asterid flower from neotropical mid-Tertiary amber (Nature Plants) DOI 10.1038/nplants.2016.5
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