La degeneración de las células de la retina es una de las principales causas de pérdida de visión en humanos. La enfermedad consiste en un progresivo deterioro de los fotorreceptores que puede estar causado por varios motivos, desde una enfermedad hereditaria a la diabetes. Los tratamientos actuales contra la enfermedad solo ayudan a mantener a las células que están sanas y detener la progresión, pero son inefectivos en las ultimas etapas de la degeneración y cuando las células ya están dañadas.
En un trabajo publicado este lunes en la revista JNeurosci, el equipo de David Lyon ha conseguido que ratas ciegas como consecuencia de una degeneración de retina avanzada recuperaran una visión casi normal después de implantar láminas de células fetales de la retina en sus ojos. Estos trasplantes de retina ya se habían practicado en animales y humanos anteriormente, pero hasta ahora no se había conseguido restaurar el procesamiento visual complejo mediante este sistema.
Los autores de la investigación midieron la respuesta de las neuronas en la corteza visual primaria y demostraron que estas células de la retina implantadas son sensibles a estímulos viables como el tamaño, la orientación y el contraste solo tres meses después de la cirugía. El estudio representa un importante paso adelante, según sus autores, para combatir la pérdida de visión en humanos relacionada con la edad.
"Comprobar que hay actividad en la corteza visual es la gran novedad de este trasplante"
"Este tipo de trasplante no es muy diferente a los que se habían realizado con anterioridad en otros modelos animales", asegura la neurobióloga de la Universidad de Salamanca Concepción Lillo, que investiga patologías degenerativas de la retina y no ha participado en este estudio. “La diferencia es que han comprobado que hay procesamiento visual complejo, más allá del núcleo geniculado lateral (que es la primera parada de la información procedente de la retina). Comprobar que hay actividad en la corteza visual es la gran novedad de este trasplante". En su opinión, el punto débil de estos trabajos es que el implante sigue siendo muy pequeño (1 mm cuadrado es una extensión mínima de la retina), por lo que aún está lejos en intentar restaurar una percepción más completa. “Aunque para problemas como la degeneración macular, donde la porción de retina que se pierde es la que ocupa la mácula, una extensión pequeña y central de la retina humana, esta terapia podría ser una solución”, reconoce. “El problema es que los ratones o las ratas no tienen mácula, así que entender y experimentar sobre este tipo de procesamiento tan complejo es difícil”.
Referencia: Detailed visual cortical responses generated by retinal sheet transplants in rats with severe retinal degeneration (JNeurosci) DOI: 10.1523/JNEUROSCI.1279-18.2018
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