En nuestros sueños futuristas los robots son criaturas agresivas e insensibles a las que podemos disparar, golpear o incendiar sin que siquiera se inmuten. Ahora imaginemos un futuro diferente, un futuro en el que los robots sienten dolor y reaccionan igual que nosotros cuando alguien les inflige un daño.
Proteger a los robots será una manera de proteger a los humanos
El equipo de Johannes Kuehn acaba de presentar en Estocolmo, Suecia, un proyecto para "desarrollar un sistema nervioso artificial para enseñar a los robots a sentir dolor". Durante la Conferencia Internacional de Robótica ICRA, organizada por la IEE, Kuehn ha explicado la estrategia que están siguiendo para conseguir su objetivo. La idea es recubrir al robot de un tejido provisto de cientos de sensores, que imita a nuestra piel, que aporta la información sobre los estímulos externos. Igual que hace nuestro cerebro, el programa que rige el comportamiento del robot clasifica esos estímulos en función de su fuerza y tiene prevista un tipo de reacción. Cuando la fuerza aplicada es pequeña, informan los autores del trabajo, el robot se siente un poco "incómodo", si el choque es moderado, el robot siente dolor y se retrae rápidamente, y si el impacto es muy fuerte se ponen en marcha todos los mecanismos de defensa, que siempre son pasivos.
Pero, si la principal ventaja de nuestros robots es que resultan inexpugnables al dolor, ¿para qué hacer que sientan como nosotros? Por el mismo motivo por el que resulta ventajoso para nosotros sentir dolor. "El dolor es un sistema que nos protege", explica Kuehn en IEEE Spectrum. "Cuando huimos de una fuente de dolor, nos ayuda a no resultar heridos". De hecho, las personas que no pueden sentir dolor, por causas genéticas, tienen problemas muy serios de salud por la cantidad de daños que se producen de forma inconsciente.
Para Kuehn y su equipo, proteger a los robots del daño será una manera de proteger también a los humanos. Cada vez es más frecuente que humanos y robots trabajen mano a mano y si un autómata sufre un daño que le pasa inadvertido se puede producir un accidente. Hasta ahora se habían desarrollado programas para hacer que los robots evitaran todo contacto con los humanos (una manera de proteger a ambos), pero la nueva estrategia pretende abordar el asunto de forma más compleja. "Nos centramos en la formalización de un dolor robótico, basado en el conocimiento de la investigación sobre el dolor humano como una interpretación de la sensación táctil", resumen los autores. Proteger a los humanos de la interacción con los robots es desde luego una prioridad humana pero como explican en IEEE, incluso Asimov estaría de acuerdo en que proteger a los robots para que no se hagan daño a sí mismos será importante cuando estén a nuestro lado.
Referencias: An Artificial Robot Nervous System to Teach Robots How to Feel Pain and Reflexively React to Potentially Damaging Contacts (ICRA 2016) | Researchers Teaching Robots to Feel and React to Pain (IEEE Spectrum)
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