Ciencia

La ESA aún no sabe si se ha estrellado en Marte

La Agencia Espacial Europea ha dado una rueda de prensa doce horas después de que la misión ExoMars llegara a la superficie de Marte. El módulo aterrizador dejó de emitir señal 50 segundos antes del contacto con la superficie y los propulsores no funcionaron como estaba previsto.

Todo apunta a que la misión ExoMars de la ESA ha sido un éxito parcial, después de que la agencia perdiera la señal del módulo que tenía previsto aterrizar en Marte. La Agencia Espacial Europea ha confirmado esta mañana que el satélite el OGT -Orbitador de Gases Traza- está en la órbita correcta, pero todavía no sabe qué ha ocurrido con el módulo de aterrizaje Schiaparelli, del que perdió la señal poco antes de que tocara la superficie del planeta.

Los propulsores solo se encendieron unos segundos y se apagaron antes de lo esperado

En una rueda de prensa repleta de evasivas, los portavoces de la misión han asegurado que desconocen el destino del aterrizador a la espera de conocer más datos y analizar la telemetría. El descenso de este módulo de prueba (pensado para cerrar los detalles de una futura misión en 2020) se desarrolló según lo previsto en las simulaciones hasta 50 segundos antes de la toma de contacto con la superficie marciana. Fue entonces cuando se perdió la señal, pero los datos recibidos a través del satélite OGT permiten saber que el paracaídas se desplegó y los propulsores no funcionaron según lo previsto. El jefe de operaciones de la ESA, Andrea Accomazzo, ha asegurado que los propulsores se encendieron durante un máximo de tres o cuatro segundos y desconocen si todos se pusieron en marcha. Además, estos motores que debían amortiguar la caída se apagaron a una altura mucho mayor de lo previsto por lo que, aunque la ESA rechaza hablar de ello, las posibilidades de un aterrizaje suave son cada vez más remotas.

Schiaparelli fue programado para llevar a cabo de forma autónoma una secuencia de aterrizaje automático, con el despliegue de un paracaídas y la liberación del escudo térmico frontal a entre 11 y 7 km de altura, seguido de un frenado con retrocohetes a 1.100 m del suelo, y una caída final desde una altura de 2 m, amortiguada por una estructura deformable.  Si Schiaparelli llegó a la superficie de forma segura, informa Sinc, sus baterías deben ser capaces de soportar las operaciones de tres a diez días y ofrecerán múltiples oportunidades para volver a establecer un enlace de comunicación.

Este módulo de aterrizaje es uno de los dos protagonistas de la misión ExoMars 2016. El otro es el orbitador de gases traza (TGO), un satélite que ha realizado con éxito la larga maniobra de 139 minutos requeridos para ser capturado por Marte. Entró en una órbita elíptica alrededor del planeta rojo. TGO está equipado con un conjunto de instrumentos científicos para estudiar el ambiente de Marte desde la órbita, en concreto, gases minoritarios como el metano. Schiaparelli es un demostrador de tecnologías de aterrizaje pero también lleva una pequeña carga científica para realizar algunas observaciones desde el suelo.

ExoMars 2016 es la primera parte de un esfuerzo internacional en dos etapas llevada a cabo por la ESA en colaboración con la agencia Roscosmos en Rusia. Forma parte de un programa que también lanzará la misión ExoMars 2020. Esta incluirá un módulo de aterrizaje ruso y un rover europeo, que perforará hasta dos metros de profundidad para buscar indicios de material biológico en el planeta rojo.

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