Cuando la NASA puso en funcionamiento el satélite DSCOVR para observar el clima de la Tierra desde el espacio profundo en el año 2015, pocos podrían imaginar que las instantáneas tomadas por su cámara podrían tener un uso alternativo y servir algún día para ayudar a estudiar los exoplanetas. Es lo que está haciendo el equipo de Aronne Merrelli, de la Universidad de Wisconsin-Madison, quienes han tomado miles de imágenes de DSCOVR y han comprimido su información hasta dejarla en un solo píxel y determinar así cómo son los cambios de color de nuestro planeta a lo largo del año.
“Puedes simular cómo aparecería la Tierra si la viéramos desde muy lejos”, aseguran los investigadores
En un trabajo presentado hace unos días en la reunión anual de la American Astronomical Society, celebrado en Seattle, Merrelli y su equipo detallan cómo han tomado más de 5.000 imágenes del lado iluminado de la Tierra tomadas por la cámara EPIC (Earth Polychromatic Imaging Camera) de DSCOVR en 2016. Estas fotografías aportan originalmente información sobre los niveles de ozono en el planeta, los aerosoles suspendidos en la atmósfera, las nubes o la vegetación, pero toda esa información en los canales de ultravioleta, visible e infrarrojo comprimida tiene también un gran valor.
“Las aplastamos hasta dejarlas en un solo píxel. Estamos desechando un montón de información”, explica Merrelli. Per el resultado es similar al que obtenemos cuando observamos planetas muy distantes a través del telescopio. “Puedes simular cómo aparecería la Tierra si la viéramos desde muy lejos”, añade. El equipo, formado por una mezcla de astrómonos y geólogos, han estudiado cómo varía la apariencia de nuestro planeta a lo largo de las estaciones y han descubierto que tiende a parecer más rojo entre junio y septiembre, probablemente por el aumento de vegetación en el hemisferio norte y la reducción de la cobertura de nieve en muchos lugares.
El estudio ha permitido comprobar que las nubes tienen un papel principal en el aspecto general del planeta
Los autores también han elaborado un modelo de la superficie de la Tierra que permite simular diferentes condiciones y lo han comparado con las fotografías de DSCOVR manipulando la cantidad de nubes, nieve y hielo. Estas simulaciones les han permitido obtener algunos valores sobre el impacto de cada una de estas variables en el color del planeta y establecer que las nubes tienen un papel principal en su aspecto general. “Este tipo de investigaciones suponen definitivamente un punto de partida para el estudio en imágenes de planetas parecidos a la Tierra”, asegura Drake Denning, un astrónomo de la Universidad de Maryland no implicado en el trabajo. Merelli se propone ahora ampliar el análisis y utilizar también los datos recogidos en 2017. El objetivo es conocer también cómo se producen estos cambios de color en periodos de tiempo mayores
Referencia: One-pixel views of Earth reveal seasonal changes, Eos, 97.https://doi.org/10.1029/2019EO113459.
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