A pesar de sus patas enclenques, las salamandras de boca pequeña (Ambystoma texanum) resultan ser unas atletas extraordinarias. Los científicos llevan muchos años estudiando los movimientos de estos pequeños anfibios para conocer mejor sus patrones de reproducción y las zonas donde se aparean. Los sondeos con muestras genéticas ya indicaban que algunos individuos presentaban una gran movilidad, pero el equipo de Robert Denton, de la Universidad Estatal de Ohio, ha sometido a las salamandras a la prueba definitiva para conocer su capacidad de viajar largas distancias: las ha puesto en la cinta de correr.
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El resultado, que se publica esta semana en la revista Functional Ecology, es realmente sorprendente. Estas salamandras son capaces de correr una media de 10 km para encontrar nuevas zonas de apareamiento y en algunos casos se desplazan hasta 15 kilómetros. Si comparamos el tamaño de estos animales con el nuestro, aseguran los autores, es el equivalente a correr una distancia de 120 kilómetros, una verdadera proeza para un animal tan diminuto y tan desprotegido. "Tiene que ser increíblemente intimidante para estas pequeñas salamandras", asegura Denton. "Pueden ser devoradas por un cuervo o por un papache. Se podrían deshidratar".
https://youtube.com/watch?v=cS1rF1aztm0%3Fshowinfo%3D0
Lo interesante del estudio es que los autores han comparado el comportamiento de dos especies de salamandra, una que se reproduce de forma asexual y la que intercambia material genético a la manera clásica. Las pruebas en la cinta de correr mostraron que estas últimas se desplazan hasta cuatro veces más que las primeras lo que, a juicio de los investigadores, previene el aislamiento geográfico, que podría conducir a la extinción de estos animales por el empobrecimiento de su genoma.
A pesar de los valiosos datos obtenidos sobre la capacidad de las salamandras de viajar largas distancias, aún queda mucho por saber sobre su comportamiento, cómo deciden las rutas y qué tasa de supervivencia tienen las que emprenden esta aventura (que en su mayoría son los machos). "Viven vidas realmente misteriosas - solo las vemos un par de veces en la primavera", resume Denton. "Se pasan la mitad de su tiempo escondidas". Desentrañar este misterio puede ayudar a protegerlas mejor en la naturaleza
Referencia: Locomotor endurance predicts differences in realized dispersal between sympatric sexual and unisexual salamanders (Functional Ecology)
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