El acuario de la Academia de Ciencias de California, en San Francisco, es el único lugar del mundo donde se pueden ver algunas especies de peces que viven en un ecosistema único, los corales de la ‘zona crepuscular’. Esta franja del océano, entre los 60 y los 150 metros de profundidad, está casi tan inexplorada como las grandes profundidades marinas, debido a que la tecnología empleada habitualmente por los buceadores no les permite bajar tan abajo y obliga a utilizar vehículos robóticos. Y en ella viven miles de especies de peces que apenas conocemos y que no se parecen en casi nada a los coloridos personajes de “Buscando a Nemo”.
“Descubrir peces extraños y bellos en hábitats inexplorados es fundamental para protegerlos”
Uno de los principales problemas para estudiar estas especies de peces de la zona crepuscular es la dificultad de sacarlos con vida de su hábitat, ya que viven a una gran presión y al sacarlos a la superficie mueren por los daños internos que provoca este cambio. El ascenso rápido puede hacer que se les hinchen los ojos, que les explote la vejiga natatoria, embolias y otros daños. Hasta ahora, cuando se sacaba alguno de estos peces a la superficie se introducían posteriormente en una cámara de compresión para intentar recuperarlos e incluso se les hacía una pequeña punción en la vejiga natatoria para impedir el colapso. Otra técnica consistía en subirlos al exterior por etapas, dejándolos unas horas o días en cestas en profundidades intermedias, de manera parecida a cómo ascienden los submarinistas para impedir la formación de embolismos gaseosos en la sangre.
https://youtube.com/watch?v=3cqIvIbKvvM%3Fshowinfo%3D0
Todas estas operaciones sometían a los animales a un gran estrés y a menudo morían en el proceso, con lo que se hacía muy complicado su traslado y posterior estudio con vida en el acuario. Ahora, un equipo de investigadores del la Academia de Ciencias de California y del Acuario de la Bahía de Monterey han diseñado un ingenioso dispositivo de descompresión portátil que permite atrapar a estas especies a gran profundidad y sacarlas al exterior sin peligro. El sistema, bautizado como SubCAS, ha sido probado durante seis expediciones en Filipinas, Vanuatu, islas Palau y Pohnpei y sirvió para la captura con vida de 174 peces, de los cuales 155 (el 89%) sobrevivió a la descompresión y fueron trasladados con éxito a San Francisco.
“Se trata de extraer especies valiosas para poder cuidarlas, investigarlas y enseñarlas al público”
“Antes de SubCAS, la captura a mano y extracción a la superficie de peces vivos implicaba un proceso de punción en sus vejigas natatorias para prevenir la sobrexpansión”, explica Bart Shepherd, autor principal del estudio y director del acuario. “Esta cámara nos permite ahora eliminar este paso y extraer especies valiosas de una manera no invasiva para poder cuidarlas, investigarlas y enseñarlas al público”. El dispositivo, que se describe en un trabajo publicado esta semana en la revista Frontiers in Marine Science, consiste en un cilindro transparente en el que se introduce el espécimen y en el que se introduce una burbuja de aire para que, al expandirse durante el ascenso, mantenga la presión del agua y el pez siga en las condiciones de su hábitat hasta que los científicos lo descompriman progresivamente en el exterior.
“La habilidad para bucear en la zona crepuscular utilizando sistemas de respiración de circuito cerrado nos posibilitó explorar estos ambientes de cerca sin necesidad de usar grandes submarinos o vehículos operados por control remoto”, explica Sepherd, “de manera que necesitábamos un sistema igual de ágil para recoger peces importantes y traerlos vivos”. Estos embolismos gaseosos provocados por el cambio súbito de presión, que afectan típicamente a los buceadores que ascienden demasiado deprisa y se conocen como el “mal del submarinista”, se producen también en otras circunstancias y en animales bien adaptados a su medio. Recientemente se ha visto que criaturas como los zifios sufren daños masivos si ascienden de forma repentina a la superficie y que muchas tortugas capturadas en las redes de los pescadores mueren por el mismo motivo. Por eso el equipo de Daniel García-Párraga, investigador del equipo veterinario del Oceanogràfic de Valencia, utiliza cámaras de descompresión para tratarlas y evitar los daños, de manera parecida a como funciona el sistema empleado por los creadores de SubCAS.
Esta nueva herramienta permitirá conocer un ecosistema que apenas está explorado y que, por ese motivo, se relega en los planes de protección de los océanos. “En un tiempo de crisis para los arrecifes de coral, descubrir peces extraños y bellos en hábitats coralinos inexplorados es fundamental para entender cómo protegerlos”, concluye Sepherd. “Estas especies son embajadores de importantes ambientes que raramente son incluidos en los santuarios o las áreas marinas protegidas. Nuestro objetivo es recordarle al público la existencia de una enorme cantidad de maravillas inexploradas que alberga el océano e inspirarle para su conservación para las futuras generaciones”.
Referencias: SubCAS: A Portable, Submersible Hyperbaric Chamber to Collect Living Mesophotic Fishes (Frontiers in Marine Science) | New invention safely transports unknown, deep-dwelling fishes to the ocean’s surface (CalAcademy)
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación