Unos pocos individuos contagiados, alrededor de un 3 por ciento, tuvieron un papel esencial en la propagación del virus ébola durante el brote que acabó con la vida de unas 11.000 personas entre 2014 y 2015 en varios países de África occidental. El fenómeno se conoce como superpropagación y en otras epidemias cumple una especie de regla del 20/80, es decir, el 20 por ciento de los individuos es responsable del 80 por ciento de los contagios. Según los datos recopilados ahora por el equipo de Max Lau, en el caso del ébola la proporción pudo ser aún más desigual.
En un trabajo publicado este lunes en la revista PNAS, el equipo de Lau analiza los datos recopilados por Cruz Roja y otras organizaciones sanitarias y humanitarias en Sierra Leona entre octubre de 2014 y marzo de 2015. Y con ellos han cualificado el impacto de los superpropagadores, que fue aumentando a medida que pasaban los meses. Según este trabajo, una mayoría de los contagios del virus durante la crisis lleva hasta un número pequeño de personas. Y, según este análisis, hasta un 61% de los contagios se podría haber evitado de haber localizado y aislado a tiempo a estas personas.
Hasta un 61% de los contagios se podría haber evitado de haber localizado a estas personas
Otro de los datos llamativos del trabajo es que los superpropagadores tienen un perfil de edad muy determinado: los niños por debajo de los 15 años y los adultos por encima de los 45 eran más propensos a pertenecer a este grupo. Los autores creen que puede deberse o bien a que estos grupos de edad reciben más visitas personales o bien porque son los que tienen a más personas pendientes de sus cuidados.
A partir de los datos recopilados, los autores también sean que a medida que avanzaba la pandemia muchos enfermos fueron llevados a centros de tratamiento donde permanecieron aislados, pero que un grupo reducido de contagiados siguió moviéndose por la región generando nuevos casos secundarios. Para los investigadores, que señalan algunos factores que pueden haber desviado sus calculo tanto hacia arriba como hacia abajo, cuantificar el impacto de este tipo de individuos e identificar los escenarios donde es mas fácil producir estos contagios es esencial para diseñar estrategias de intervención y control en futuros brotes pandémicos.
Referencia: Spatial and temporal dynamics of superspreading events in the 2014–2015 West Africa Ebola epidemic (PNAS)
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