La tecnología que permite ver a través de los materiales y esquivar los 'puntos ciegos' ya es asequible y está operativa. Un equipo de investigadores de la Universidad de Keio, en Japón, presenta esta semana en la revista del Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (IEEE) un sistema que permite al conductor de un coche ver a través del chasis del vehículo y advertir la presencia de objetos que hasta ahora quedan fuera del alcance de la vista.
El dispositivo se basa en una serie de cámaras y proyectores que reflejan la luz sobre materiales retroreflectantes que permiten una luminosidad suficientemente intensa como para ver las imágenes en pleno día. Para entender cómo funciona el sistema, imaginemos que estamos al volante de un coche y tenemos un niño agachado en la parte trasera, donde no podemos verlo de ninguna manera. Una cámara instalada en el maletero capta la imagen del niño y la envía a dos proyectores situados dentro del vehículo: el primero refleja la imagen en los asientos traseros y el segundo sobre una pantalla de cristal especial, colocada justo entre el conductor y el obstáculo. ¿Resultado? Podemos ver al niño antes de dar marcha atrás como si nuestro vehículo fuera transparente.
Como explican los propios autores en IEEE Spectrum, construir un coche en cristal es un problema de ingeniería debido a los materiales, pero el sistema de RPT (Tecnología de Proyección Retroreflectante) salva ésta y otras dificultades. Uno de los aspectos más importantes es que el conductor puede ver lo que pasa detrás y a los lados aunque haya pasajeros sentados en los asientos. "El resultado", escriben "es una visión panorámica que el conductor puede usar intuitivamente". Aunque ya han diseñado un primer prototipo para un fabricante, están hablando con otras empresas automovilísticas para convertir el concepto en un sistema extendido comercialmente.
“Ofrece una visión panorámica que el conductor puede usar intuitivamente”.
Las posibilidades de esta tecnología se extienden a otros sectores y medios de transporte. Podría aplicarse, por ejemplo, a la cabina de un avión de pasajeros, e incluso a los futuros aviones sin ventanas, o en edificios de oficinas en los que los trabajadores pudieran disfrutar de unas buenas vistas de la ciudad. De momento, el primer paso es conseguir que se traslade a los coches y que ayuden a salvar los puntos ciegos que cada año causan centenares de accidentes.
Referencia: Augmented Reality Helps Drivers See Around Blind Spots (IEEE Spectrum)
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