Ciencia

La transmisión asintomática también fue decisiva en las residencias

Un estudio del hospital Vall d’Hebron muestra que, en el pico de la pandemia, el 70% de los residentes y el 56% de los trabajadores infectados por SARS-CoV-2 en las residencias eran asintomáticos.

La capacidad del coronavirus SARS-CoV-2 para transmitirse silenciosamente a través de pacientes asintomáticos ha sido clave para que estallara la pandemia de covid-19 en el mundo. Hasta el momento tenemos bastante información sobre qué porcentaje de asintomáticos ha habido en cruceros, en poblaciones especialmente afectadas y otros escenarios, pero no sabíamos mucho sobre el papel de estas personas en las residencias. Ahora, un trabajo publicado por un equipo del hospital Vall d’Hebron y publicado en la revista Emerging Infectious Diseases ofrece algunos datos muy interesantes sobre lo que sucedió durante el pico de la pandemia en estos lugares clave.

El trabajo se basa en los resultados obtenidos en una intervención del hospital Vall d’Hebron para controlar la transmisión del SARS-CoV-2 en las residencias de ancianos entre el 10 y el 24 de abril de 2020. Las pruebas PCR realizadas a alrededor de 6.000 personas, entre residentes y trabajadores, de un total de 69 residencias de ancianos, indicaron que un 24% de los ancianos residentes en los centros y un 15% de los trabajadores eran positivos para SARS-CoV-2 en aquel momento. Y lo más relevante: que más de la mitad de ellos eran asintomáticos. En concreto, según este nuevo estudio, el 69,7% de los residentes y el 55,8% de los trabajadores no presentaban ningún síntoma ni los habían presentado en un periodo anterior de 14 días.

Un 24% de los ancianos residentes en los centros y un 15% de los trabajadores eran positivos

En opinión de los autores, estos datos demuestran una transmisión muy elevada del virus en estos centros, especialmente favorecida por características propias de las residencias y la convivencia de personas dependientes que requieren mucha atención. “Este resultado nos orienta a pensar que la presencia de asintomáticos en las residencias tenía un papel fundamental en la transmisión”, explica a Vozpópuli Xavier Martínez, médico del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del hospital y uno de los autores de la publicación. Hasta ahora solo había un artículo en el que se había planteado esta cuestión de los asintomáticos en las residencias, realizado en una única residencia en Washington, y la proporción de positivos asintomáticos era de un 56%, cifras que cuadran bastante con este resultado. “Este es el primer estudio con una muestra tan grande de personas y la actuación homogénea en todas las residencias aporta una gran validez a los resultados”, recalca Martínez.

Una mujer con mascarilla en una residencia de Madrid

“Esto nos demuestra que los espacios cerrados y con mucha gente son el caldo de cultivo para que haya brotes de covid y diagnosticar es importante para cortar las cadenas de transmisión porque hay asintomáticos”, añade la doctora Blanca Borrás, investigadora del grupo de investigación en Epidemiología y Salud Pública del Vall d’Hebron y primera autora del estudio. Los autores recuerdan que se trató de una intervención rápida para intentar detener la cadena de contagios en las residencias en los peores momentos de la pandemia, y que los resultados son algo obtenido a posteriori. “Organizamos un equipo, coordinados por nuestro servicio e hicimos un planning para enviar un batallón de enfermeros a todas las residencias en dos semanas máximo”, subraya Borrás.

Un porcentaje alto y llamativo

Poco a poco, trabajos como este están empezando a ofrecer un poco de luz sobre el drama que se vivió en las residencias y cuáles pueden ser las claves para evitarlo. Hace una semana, un estudio con un enfoque diferente del Hospital Gregorio Marañón de Madrid en las 13 residencias de su área de influencia y con más de 2.500 personas indicaba que el 70 % de los mayores y el 30 % de los empleados presentaba anticuerpos contra el coronavirus. Esto, unido al porcentaje altísimo de muertes en residencias en lugares como Madrid, nos indica que en las zonas más afectadas el virus se transmitió como la pólvora en los lugares donde estaba la población más vulnerable.

Por otro lado, el alto porcentaje de asintomáticos entre los ancianos residentes obtenido por el equipo del Vall d’Hebron es llamativo si lo comparamos con los de otros lugares. En el hospital de La Paz, en Madrid, se dio cobertura a los cerca de 4.000 residentes de las 40 residencias privadas de su área y en un cribado realizado en las mismas fechas que en Barcelona, a partir del 22 de abril, se hicieron 2385 PCRs a residentes de las cuales solo 300 fueron casos positivos y todos asintomáticos. Es decir, solo hubo alrededor de un 12% de asintomáticos en esa parte del cribado.

Una mujer con mascarilla en una residencia de Madrid

Cuando se compara con la población general también llama la atención la diferencia. En un trabajo realizado en Lombardía (Italia), en el que se hicieron PCRs y test serológicos a 5484 contactos de casos primarios se vio que la posibilidad de ser asintomático a partir de los 60 años es mucho menor y que con más de 80 años la probabilidad de desarrollar síntomas era del 64,6%. Sin embargo, en el entorno cerrado de las residencias estos números pueden cambiar y el número de asintomáticos es quizá más elevado, tal y como pasa en los cruceros. Los investigadores del Vall d’Hebron recuerdan que su estudio es una foto fija del momento y tiene la limitación de que no determina cuántos de los residentes desarrollaron síntomas a posteriori. “Además”, añade Martínez, “en el caso de estos pacientes es difícil distinguir el tipo de sintomatología, porque a veces hay problemas cognitivos que dificultan comprender qué es lo que te intentan decir, y es complicado saber si el estado del paciente se ha agravado”.

Ante una situación de este tipo no debemos cribar a los residentes por los síntomas aparentes

En cualquier caso, para el doctor Martínez, los resultados de su estudio en residencias de Barcelona indican que ante una situación de este tipo no debemos cribar a los residentes por los síntomas aparentes. “Cuando estableces una estrategia de cribado en residencias no tiene sentido que lo hagas a partir de la sintomatología”, explica. “El tipo de acción que se tiene que hacer sería independiente, debería realizarse la determinación [mediante PCRs] a todos los pacientes y profesionales que estuvieran en la residencia, y esto ya es una lección suficientemente importante para aprender de cara a una segunda, tercera o cuarta ola de la pandemia. Y los planes para proteger a este tipo de población deberían ser prioritarios y deberían estar coordinados”.

Referencias: Asymptomatic SARS-CoV-2 Infection in Nursing Homes, Barcelona, Spain, April 2020 (Emerging Infectious Diseases) | Presymptomatic SARS-CoV-2 Infections and Transmission in a Skilled Nursing Facility (TNEJM) | Probability of symptoms and critical disease after SARSCoV-2 infection (Arxiv)

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