Desde el principio de la pandemia el seguimiento de las variaciones en el genoma del coronavirus SARS-CoV-2 ha sido vital para conocer su evolución y para tratar de identificar si se producen mutaciones de carácter significativo. Aunque ha habido varias sospechas previas, hasta ahora no se han detectado cambios que indiquen un aumento una disminución o un aumento de la agresividad del virus. Esta semana, en un trabajo publicado en la revista The Lancet, un equipo de investigadores de Singapur, liderados por Lisa Ng, ha identificado una variante del coronavirus que, según sus resultados, podría ser la primera en manifestarse con síntomas menos agresivos en los pacientes.
Mientras analizaban el genoma del virus, los autores del estudio detectaron una variante en los casos ocurridos en Singapur en enero y febrero de este año. Esta variante, como ellos mismos explican en un artículo en MedicalXpress, presenta una particularidad: le falta todo un fragmento de 382 nucleótidos, de ahí que la hayan bautizado como ∆382. Esta delación se presenta en una región del genoma conocida como ORF8 y su resultado es que el coronavirus no produce la proteína del mismo nombre cuando infecta a las células del paciente. Ya en 2002 se había detectado una mutación en la misma región del genoma en el coronavirus que producía el SARS y que dificultaba la eficiencia del patógeno a la hora de replicarse, de manera que los investigadores decidieron mirar esta variante con más detalle.
Sin oxígeno suplementario ni hipoxia
Lo que describen los autores en su trabajo en The Lancet es cómo siguieron la evolución de 131 pacientes ingresados en hospitales singapurenses y con PCR positiva por SARS-CoV-2, de los cuales 29 (un 22%) eran portadores de la variante ∆382 y 10 tenían una componente mixta. Para saber si este virus incapaz de expresar la proteína ORF8 afectaba a la evolución de los pacientes, los investigadores recopilaron la información médica y se fijaron en varios parámetros relevantes. Lo que observaron fue que, aunque todos desarrollaron neumonía en porcentajes similares, ninguno de estos pacientes con la variante ∆382 necesitó aporte suplementario de oxígeno y fueron menos propensos a desarrollar hipoxia. Asimismo, estos pacientes presentaban menores concentraciones de citoquinas y quimioquinas, asociadas a los cuadros de inflamación más graves de la covid-19, y otros parámetros que sugieren que en su caso es menos probable que se produzcan daños graves en los pulmones.
Los 29 pacientes tuvieron una respuesta inmune mejor y fueron más eficientes en la respuesta de sus linfocitos T
Además, detallan los investigadores, los 29 pacientes tuvieron una respuesta inmune mejor y fueron más eficientes en la respuesta de sus linfocitos T en las primeras fases de la infección, algo que en los pacientes que terminan en la UCI está ausente con mucha frecuencia. Con todos estos elementos, los autores concluyen que sus observaciones “apoyan la idea de que la variante ∆382 del SARS-CoV-2 está asociada con cuadros de infección más leves y mejores pronósticos clínicos”. Los resultados son muy interesantes, pero aún quedan algunas lagunas que resolver. En primer lugar, el grupo de pacientes es demasiado pequeño. Esta misma variante ha sido detectada en otros países, entre ellos España, y sería importante comparar resultados con otros grupos. Por otro lado, se ha comprobado que la deleción de estos 29 nucleótidos no afecta a la replicabilidad del virus y se desconoce qué función tiene exactamente la proteína ORF8 que el virus no produce.
Los autores sostienen que la variante está asociada con cuadros más leves y mejores pronósticos
Fernando González-Candelas, catedrático de genética y uno de los investigadores que está siguiendo de forma más activa las variaciones del genoma del virus, reconoce que esta cuestión está generando mucho interés. De hecho, él y su equipo van a intentar mirar esta variante en las muestras españolas de las que se tiene información de la carga viral. “Sin discutir el resultado, aunque está basado en muy pocos casos, no creo que llegue a tener trascendencia epidemiológica o evolutiva, pues parece que no se transmite con más facilidad y causa una infección más leve”, explica a Vozpópuli. “Parece que la transmisión está ligada con la carga viral y, si la deleción disminuye la carga viral, cabe pensar que tendrá menor transmisión. Sin embargo, en el estudio lo único que se mide realmente es la hipoxia, que se asocia a la gravedad de la infección. Por tanto, todo es bastante especulativo”.
¿Una “vacuna viva atenuada”?
Los autores del trabajo especulan con la posibilidad de que la variante ∆382 sea menos efectiva a la hora de establecer una infección en los sujetos debido a algunos mecanismos de evasión del sistema inmune que estarían asociados a la proteína OFR8, por lo que podría ser una posible diana de tratamientos contra la covid o tener implicaciones en el desarrollo de las vacunas. Los investigadores llegan a apuntar a la posibilidad de usar esta variante menos agresiva del virus como “una vacuna viva atenuada”, algo que González- Candelas no ve nada claro. “Todos esos pacientes ingresaron en hospitales”, subraya, “ así que su infección no es tan leve. Yo no querría que me vacunasen con una cepa que me lleva al hospital y que allí tenga menos síntomas que los enfermos más graves. Definitivamente, no lo veo factible”.
“La clave es que tenga ventaja en transmitirse, si no no reemplaza a las variantes que circulan ahora”
La viróloga e inmunóloga Margarita del Val, investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO), es de la misma opinión. “Usarla para vacunar, no, porque es potencialmente menos segura que las 170 candidatas a vacunas que tenemos en cartera en el mundo”, asegura. Respecto a la relevancia de que exista una variante del virus menos agresiva, recuerda que “la clave es que tenga ventaja en transmitirse, si no no reemplaza a las variantes que circulan ahora”. Aunque esta variante esté también en España, su papel podría ser irrelevante porque solo se seleccionan de manera natural las variantes que se transmiten mejor. “Así funciona la evolución”, concluye. “Si ya hay una variante menos virulenta, como ésta, pero no se transmite algo mejor que la otra, no nos vale a nivel poblacional, porque nunca llegará a mucha gente ni lo puedes manipular; no reemplazaría a la variante actual”.
Referencia: Effects of a major deletion in the SARS-CoV-2 genome on the severity of infection and the inflammatory response: an observational cohort study (The Lancet)
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