El playerito pectoral (Calidris melanotos) es una de los mayores viajeros del planeta, pasa el invierno en el hemisferio sur pero cría en las costas del océano Ártico. Lo que no sabíamos era que los machos son capaces de hacer miles de kilómetros extra en la época de apareamiento y que su estrategia reproductiva se basa en una especie de nomadismo sexual nunca antes observado.
En un trabajo publicado este lunes en la revista Nature, los investigadores Bart Kempenaers y Mihai Valcu muestran los datos obtenidos tras monitorizar a varios machos de esta especie en sus viajes durante la época de cría. El GPS indicó que estas aves visitaron unos 24 lugares de cría en una misma temporada y que viajaron una media de 3.000 km para pasar por estos puntos. En un caso particular, uno de los machos viajó la impresionante distancia de 13.000 km para aparearse con distintas hembras.
Lo que interpretan los autores tras conocer los movimientos de los machos es que estos no tienen un destino final cuando empieza la temporada de cría, sino que se mueven de un lugar a otro en busca de oportunidades de aparearse. Esto les permite engendrar descendencia en múltiples lugares del planeta durante una sola sesión de cría, por lo que la selección sexual favorece a los individuos más robustos y capaces de dormir menos y viajar distancias más largas. A su vez, esta particular estrategia evolutiva genera poblaciones menos capaces de adaptarse a los cambios locales y de diversificarse hasta la aparición de subespecies, como ocurre con la mayoría de animales.
Referecia: Breeding site sampling across the Arctic by individual males of a polygynous shorebird (Nature) DOI 10.1038/nature20813
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