Dio 117 vueltas, más de la mitad de las 200 que hay que completar en las 500 Millas de Indianápolis, analizándolo todo con esa mirada felina de piloto bestial. Fernando Alonso completó una laboriosa segunda jornada de entrenamientos libres en el óvalo y dio un importante paso adelante en su preparación.
Aunque muchos millones de ojos en todo el mundo están puestos en el coche naranja del español, cuando hay que atacar a tope es el domingo 28 de mayo, día de la carrera. Ahora se trata de aprender mucho y a toda velocidad. Nunca mejor dicho.
Lo de menos es su puesto final, 21º, sino las horas que ha pasado girando entre otros coches. Aprendiendo a coger rebufos, a adelantar y dejarse adelantar a un ritmo infernal, casi siempre superior a los 300 km/h.
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Una sesión inolvidable que permitió al piloto español seguir entrando en calor y afilar garras y dientes para lo que viene. Y este miércoles, otra feliz paliza conociendo cada palmo del legendario óvalo a bordo del McLaren Honda.