Fernando Alonso vivirá a partir de este viernes uno de los peores fines de semana de su carrera deportiva. Serán tres días de constantes humillaciones en la pista, precisamente donde peor le sienta a un piloto.
El Circuito Internacional de Shanghái que acoge el GP de China penaliza sobremanera la falta de potencia del motor de los bólidos de Fórmula 1. Y ya se sabe que la mecánica Honda que montan los McLaren es una de las últimas de la fila en ese aspecto. Y en casi todos.
Eric Boullier, director de McLaren: "Shanghái es exigente para el coche, para los neumáticos y para las unidades de potencia. Tendremos peor ritmo que en Australia respecto a nuestros rivales"
Si en la primera prueba del Mundial, disputada en Australia, los dos coches ingleses fueron último -Vandoorne, 314,4 km/h- y antepenúltimo -Alonso, 316,6km/h- respectivamente en velocidad punta, lo de China puede ser una masacre.
En Melbourne, el más rápido fue el Williams (motor Mercedes) de Lance Stroll, que alcanzó una velocidad máxima de 328,6, 'solo' 12 km/h más que Alonso.
En China, los lentos McLaren sufrirán más. Mucho más. Porque el trazado cuenta con dos rectas donde los bólidos más rápidos, y los no ta rápidos, adelantarán como balas al respectivo 'camión del butano' que llevan entre manos tanto Alonso como su compañero belga.
La escabechina será especialmente sangrante en la ques la recta más larga del Mundial. Nadie sabe a ciencia cierta el déficit de caballos de potencia (CV) del motor Honda respecto a los demás, pero se calcula que en condiciones normales oscila entre los 120 y los 160 CV.
Por tanto, serán 1,2 kilómetros -longitud de la citada recta- de sufrimiento, especialmente al final de la misma, cuando esa diferencia entre Honda y los motores más poderosos puede llegar al doble (entre 250 y 300 CV).
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