Algo no funciona en el Atlético de Madrid. Dos pírricos puntos solamente ante Alavés y Leganés, ambos recién ascendidos, han generado demasiadas dudas multiplicadas porque la imagen y el juego no convencen. Simeone terminó muy caliente en Leganés porque lo que ve, no le gusta. El Cholo dice que su peor arranque desde que dirige al Atleti se arreglará con "entusiasmo y trabajo", pero su discurso interno es otro. No tiene lo que pidió y sigue reclamando fichajes con nombre. La frase de Griezmann con el calentón del empate desveló el golpe en el vestuario: "Si seguimos así, lucharemos por no descender". El parón liguero debe traer consecuencias en el equipo y en el mercado. Para Gil Marín y los responsables deportivos del club la plantilla está cerrada. Para Simeone, no. Reclama un jugón que solucione el problema del escaso fútbol y un delantero más porque Gameiro, pese al gol en su estreno, no es lo que pidió.
El fútbol del Atlético, que ahora no es tan intenso, deja mucho que desear. Simeone es responsable de ello porque ha probado en dos partidos de Liga con dobles parejas en el mediocampo. Gabi y Tiago arrancaron contra el Alavés pero el equipo acabó jugando con Koke y Saúl. Lo mismo sucedió en Butarque donde la dupla Gabi-Augusto terminó dejando su sitio a los dos internacionales en la lista de Lopetegui. Además, Gaitán (fichaje aprobado por todos desde su partidazo en Champions con el Benfica la pasada temporada) no ha sido titular en ninguno de los dos encuentros. Simeone ha sido el primero en pedir que les exijan, a él el primero, y el entrenador no ha conseguido por completo darle al equipo esa mejora en el juego y en su fútbol.
Simeone salió muy quemado de Leganés. Ha pedido de nuevo a Gil Marín que fiche. Pero que fiche futbolistas que le aporten más de lo que tiene. Al mercado le quedan cuatro días y es complicado hacer milagros en tan poco tiempo. Puede pasar de todo. Que no venga nadie, que se fiche algo trabajado o que Jorge Mendes aparezca con alguna sorpresa. Aunque la sorpresa pude venir también en forma de salida, ya que Giménez (suplente de nuevo) no está contento al verse relegado desde la final de Milán y una salida podría precipitar todo. 65 kilos tienen la llave de la venta del central uruguayo aunque lo prioritario para el Cholo es un creador, un jugón, y un delantero con mucho más gol.
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