“La Real Federación Española de Tenis acepta la renuncia de Arantxa Sánchez-Vicario a su puesto de capitana de la Copa Federación y le agradece los servicios prestados durante este año así como le desea todo lo mejor para sus proyectos presentes y futuros". Como no podía ser de otra forma, el comunicado oficial federativo es de manual: muy correcto y diplomático. Lo cual no es contradictorio con la sensación de alivio que recorrió este lunes los despachos de la barcelonesa sede federativa. Arantxa, la mejor tenista española de la historia, se había vuelto incómoda por ser fuente constante de incendios más o menos virulentos.
Tras ser nombrada capitana el 28 de diciembre de 2011, la primera situación tensa tuvo un barniz personal, cuando en febrero presentó su autobiogafía, Arantxa ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer. Fue una rueda de prensa dura, pues acusó públicamente a sus padres de controlar en exceso su vida e incluso de haber llegado a arruinarla económicamente por su mala gestión económica (incluyendo la decisión de fijar su residencia en Andorra). Las lágrimas de la extenista dieron la vuelta al mundo y provocaron un enorme revuelo.
Apenas dos meses más tarde, a la hora de hacer pública la lista de tenistas convocadas para jugarse la permanencia de España en la élite ante Eslovaquia, Arantxa volvió a sobresaltar a la prensa y, en consecuencia, a la opinión pública. Al explicar por qué no contaba con la entonces número 1 española, Anabel Medina, espetó: “No está en su mejor momento, tal como demuestran sus resultados esta temporada y, además, es una jugadora problemática que no se lleva bien con el resto de jugadoras del equipo. En Copa Federación tiene que haber buen ambiente, compañerismo, y ella no tiene junto con las demás compañeras esto".
Medina respondió a través de Twitter: "Entiendo que una capitana es libre de elegir el equipo que considere mejor, pero descalificarme a nivel personal y ensuciar mi imagen, considero que está fuera de lugar. Siempre he intentando ayudar a España en los diez años que llevó representándola". El lío estaba montado, así que la Federación sugirió a Arantxa que se disculpase. Lo hizo mediante un frío comunicado oficial por escrito: "No era en ningún caso mi intención menospreciar a Anabel Medina, a quien respeto como jugadora y por su compromiso con la selección nacional. Le pido perdón si no he sabido expresarme de forma correcta".
El 11 de diciembre, las principales jugadoras españolas anunciaron su decisión de "romper relaciones a nivel personal y profesional" con José Luis Escañuela, presidente federativo, al estimar que éste había incumplido los acuerdos que ambas partes firmaron hace dos años en el Consejo Superior de Deportes para asegurar el futuro del tenis femenino. Junto a los nombres de Carla Suárez, Garbiñe Muruguruza, María José Martínez, Silvia Soler, Estrella Cabeza, Nuria Llagostera, Arantxa Parra, Lourdes Domínguez, Laura Pous, figuraban también los de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez. Sin embargo, esta última se desvinculó al día siguiente de dicha carta al aclarar: "Yo no puedo cortar una relación ni profesional ni personal con el Sr. Escañuela, ya que la única relación que he tenido, y que mantengo con él, ha sido cordial". Anabel Medina, Lara Arruabarrena y Tita Torró tampoco se unieron a esta presunta rebelión.
Finalmente, este lunes Arantxa comunicó su dimisión en una carta dirigida al propio presidente de la RFET. El contrato de la exnúmero uno del mundo con este organismo finalizaba el próximo 31 de diciembre del 2013. En la misiva escribe que el plante de jugadoras antes citado ha sido "determinante" en su decisión. "Aunque yo no he formado parte de ninguna reunión entre jugadoras, ni conversaciones de firmas, yo no puedo ignorar a la mayoría de las jugadoras y quedarme al margen", añade.
La dimisión llega en pleno proceso electoral. El próximo día 26 de diciembre tendrá lugar la composición de la Asamblea que será la que elija presidente del tenis español, el 19 de enero. Por eso, el comunicado federativo matiza: "El departamento deportivo de la RFET, dirigido por Albert Costa, trabaja en la búsqueda de un reemplazo para la capitanía de la selección española, que disputará la primera eliminatoria de Grupo Mundial II de la Copa Federación que se disputará contra Ucrania en Alicante entre el 9 y el 10 de febrero, tras el descenso de la pasada temporada.
Una de las candidatas al puesto es Conchita Martínez que, el mismo lunes, se postuló para ello: "De momento, a mí nadie me ha ofrecido ni planteado nada de manera formal, pero me gustaría porque así estaría representando al tenis español otra vez, y también me serviría para apoyar al tenis femenino con el que siempre me he sentido ligada". "En cualquier caso, si esto sucediera, me gustaría saber mucho más y de primera mano, los proyectos que hay a corto y medio plazo, y sobre todo para el futuro", añadió Conchita.
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