El jugador de la selección de fútbol de Panamá Amílcar Henríquez fue asesinado en la noche de ayer en la ciudad caribeña de Colón, donde un desconocido le disparó e hirió a otras dos personas. Un informe policial indica que en el sector de Nuevo Colón un hombre se bajó de un vehículo y disparó varias veces contra el futbolista del club Árabe Unido de Colón, padre de tres niños, quien murió poco después en una policlínica.
La Federación Panameña de Fútbol (Fepafut) confirmó el deceso en Twitter y publicó: "Lamentamos en lo más profundo la muerte de nuestro seleccionado nacional Amílcar Henríquez. Dios reciba tu alma Mickey".
Henríquez, de 33 años, volante fundamental de su seleccionador, el colombiano Hernán Darío Gómez, jugó en las últimas cuatro jornadas del hexagonal de la Concacaf para el Mundial de Rusia 2018, en el que Panamá marcha de tercero.
El panameño, nativo de Colón, una de las ciudades más violentas del país, regresó en 2016 al fútbol local con el Árabe Unido, después de varios años en la liga colombiana, en la que estuvo con equipos como el América de Cali, Atlético Huila e Independiente de Medellín.
Los dos hombres que fueron heridos junto a Henríquez, Josimar Pedro Salvador y Delano Wilson, fueron trasladados al hospital Amador Guerrero de la ciudad caribeña, de acuerdo con el informe policial ofrecido a periodistas.
Hace apenas semanas, Henríquez, en declaraciones a la Fifa, había alabado el trabajo del cuerpo técnico para mejorar el equipo panameño, lo que a su juicio se evidenciaba en el buen arranque de la selección en los partidos de eliminatoria con miras al Mundial de Rusia 2018, que podría ser el primero de Panamá.
"Éste es nuestro último momento para cerrar con broche de oro tantos años de esfuerzo y lucha. Ir a un Mundial es el sueño cumbre, es algo que todos queremos", dijo el futbolista.
En esa oportunidad se definió como "una persona aguerrida, siempre concentrada y con la meta de entrar al campo pensando en dar todo y aportarle al equipo", de acuerdo con una publicación web de Fifa del pasado 26 de marzo.
El presidente panameño, Juan Carlos Varela, condenó "enérgicamente" el asesinato y anunció en Twitter que se movilizarán a Colón todas las fuerzas de seguridad "hasta dar con responsables".
La ciudad caribeña es una de las más peligrosas del país y donde hacen vida varias pandillas, algunas ligadas al narcotráfico, una situación que ha llevado al gobierno a levantar una veda de armas en el casco antiguo y a reforzar la seguridad con operativos especiales.
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