Pedro Rocha Junco (Cáceres, 16 de octubre de 1954) es desde ayer el nuevo Presidente de la Real Federación Española de Fútbol tras la inhabilitación de la FIFA a Luis Rubiales por su beso a Jenni Hermoso. Lo será de manera interina al menos durante 90 días, ya que durante ese tiempo el de Motril no podrá ejercer ninguna tarea en el mundo del fútbol tanto a nivel nacional como internacional.
El sustituto de Rubiales era hasta ayer Vicepresidente adjunto a la Presidencia, cargo al que accedió en 2018 tras ser seleccionado por el ya expresidente federativo cuando accedió a la jefatura del fútbol nacional. Su puesto en Las Rozas lo compaginaba con la presidencia de la Federación Extremeña de Fútbol (FEXF), puesto al que llegó en 2013 tras ser elegido en unos comicios en 2013. Desde entonces, ha conseguido revalidar el cargo en todas las elecciones. Las últimas, celebradas en 2021, le acreditaron como máximo responsable del balompié extremeño hasta 2024.
También preside el Comité Nacional de Fútbol Sala, deporte en el que llegó a ser profesional, ya que disputó dos temporadas en División de Honor, la máxima categoría nacional. Este empresario también tiene experiencia en clubes, ya que fue directivo del Cacereño durante su periplo en las ya extintas 3ª División y 2ª División B e incluso llegó a sentarse en los banquillos, ya que formó parte de 'staff' técnico del Club Polideportivo Amanecer. En su vida fuera del fútbol, Pedro Rocha gestiona tres establecimientos de su propiedad.
Dentro de la RFEF, Rocha ha sido la mano derecha de Rubiales, precisamente la posición en la que se sentó en la última Asamblea de la propia Federación el pasado junio. Un hombre que se caracteriza, según cuentan fuentes consultadas por Vozpópuli, por ser un tipo afable en el trato y un buen gestor económico.
Gracias a su influencia, la Federación Extremeña ha recibido un buen trato por parte de la RFEF, ya que le ha permitido albergar partidos internacionales en la región. Por ejemplo, el España-Georgia que se disputó en septiembre de 2021 en Badajoz o el España-Marruecos femenino que tuvo lugar en Cáceres. De él destacan su primera legislatura al frente de la FEXF, una etapa complicada, ya que los clubes y el propio organismo estaban inmersos en una profunda crisis económica que gestionó con eficacia.
Después de aquella primera legislatura, no encontró rival en la FEXF: en las dos elecciones siguientes fue el único candidato que se presentó a la presidencia de la entidad. Durante esta década, sus esfuerzos se han centrado en aumentar la representación de Extremadura dentro de la RFEF, en digitalizar la institución y en la formación constante para potenciar el desarrollo futbolístico dentro de la región.
Ahora, durante estos tres meses, tendrá ante sí el reto de ser el máximo representante del fútbol nacional pese a tener tras de sí la sombra de Luis Rubiales, su gran valedor en la vicepresidencia federativa. La lista de tareas es abultada: desde convencer a las campeonas del mundo para que vuelvan a ser seleccionables hasta devolver a la dinámica federativa a Luis de la Fuente, quien criticó "sin paliativos" la actitud de Rubiales el pasado fin de semana en Sidney. De él destacan su mano izquierda para atender asuntos polémicos como estos, por lo que tendrá ante sí una nueva oportunidad para demostrarlo.
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