Hoy es el día. El Atlético de Madrid ha programado un acto al más alto nivel que significará el bautizo oficial del nuevo estadio donde se desvelará el nombre y los apellidos del inminente feudo colchonero. El secreto mejor o peor guardado, según se mire, será desvelado justo cuando las obras en La Peineta avanzan sin freno, mientras que la maraña política se va desenredando aunque en el aire queda el peor trance para los rojiblancos: los accesos al estadio.
La reciente imprudencia de Javier Tebas, presidente de la LFP, molestó a los rectores de la entidad madrileña que trataron de desviar la atención deslizando que habías otras ofertas además de la Wanda para firmar el nombre del estadio. Sin embargo, y tal como les informamos en 'Vozpópuli' el pasado mes de junio las dos principales y millonarias opciones sobre la mesa han sido Etihad Arways y Wanda, con prioridad siempre para el socio accionista chino que en breve será mayoritario en el Consejo de Administración del Atleti.
El peso de Wang Jianlin, el magnate chino que controla el 20% del accionariado colchonero, es incuestionable. No sólo ha inyectado liquidez al club, participa en casi todas las decisiones principales y patrocina también la Ciudad Deportiva de Majadahonda. Pero la hora decisiva ha llegado y 2017 se antoja como el paso definitivo del inversor oriental para controlar el club y poner su firma en la majestuosa obra que será uno de los referentes del fútbol mundial.
Iluminado por Philips Lighting, líder del sector, el coliseum se convertirá con toda seguridad en sede fija para las finales de la Copa del Rey solucionando un problema de capacidad (tendrá 70.000 localidades) y ubicación enquistado desde hace años. El presidente Enrique Cerezo presume ya que el estadio albergará la final de Champions en 2018 para rubricar el arranque de la primera temporada de la nueva era.
El 'naming right' del nuevo estadio permitirá al Atlético lograr un espectacular crecimiento económico, no en vano la oferta realizada por Etihad (210 millones de euros por 10 temporadas) puede quedarse pequeña ante el imponente desembolso que realizará Wang Jianlin para colocar su megaloempresa en la nueva casa de todos los rojiblancos.
Queda por saber si los responsables del club, Cerezo y Gil Marin, harán un guiño a la petición no consultada de socios, abonados y peñistas rojiblancos para que el nuevo estadio incluya el nombre de parte de la centenaria historia de una entidad que se apresta a dar uno de los pasos más trascendentes en su vida con el cambio de sede.
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