El hijo pródigo ha vuelto a casa. Simeone, como buen padre, lo recibió con los brazos abiertos. Y alguno de los pesos pesados del vestuario también enterrando las desavenencias surgidas cuando su compañero prefirió irse al Chelsea. Filipe Luis nunca encontró en Londres ni en Stamford Bridge lo que el Atlético de Madrid le dio defendiendo sus colores. Año de penitencia y regreso al Calderón. A esa banda izquierda que dejó huérfana y que para alivio de todos vuelve a tener dueño. Este zurdo brasileño tiene la culpa de que exista un problema menos en el equipo. Él es feliz y por ende los aficionados colchoneros.
En Alicante todo volvió a la normalidad. El Cholo alineó la que será su defensa titular juntando a Juanfran, Godín y Giménez con Filipe Luis. Perfecto fue el primer partido de su segunda etapa rojiblanca. Como si ese lapsus de un año hubiera durado un segundo. Nada estaba olvidado. Todo fresco. La de Filipe Luis ante la Real Sociedad fue una exhibición en toda regla y el lateral izquierdo del Atleti recuperó todo el brillo que Siqueira y Ansaldi le robaron.
Ni la mejor versión de Guilherme, su amigo de la infancia, ni las once buenas intervenciones del luego desaparecido y escondido Cristian superaron los 90 minutos de Filipe en su primera comparecencia esta pretemporada. Siqueira parecía llamado a olvidar a su compatriota pero Ansaldi irrumpió en escena para resolver las dudas que generaba el primero. La lesión de rodilla del lateral argentino cedido por el Zenit y la posterior controversia a raíz de una delicada situación no explicada oficialmente por el club aunque conocida por la grada dejó vacío el lateral. Jesús Gámez fue la solución que el Cholo arbitró para apañar el desaguisado zurdo.
Con Filipe Luis el orden ha vuelto a la izquierda. Y la sensatez: "No quiero quitarme el escudo de Atleti nunca". De nuevo defensa y ataque a la vez. Todos los registros asimilados. Como Juanfran. El Atlético, además, está de enhorabuena porque Lucas Hernández es el mejor recambio en esa posición; la apuesta de Simeone en el joven francés es una certeza más que finiquita las dudas y miedos de antaño. Su renovación hasta 2019 es otra de las grandes noticias de la pretemporada.
El exceso de Ansaldi ya es historia, ha retornado al Zenit donde tampoco juega a la vez que Siqueira ha encontrado sitio en la Juventus (cesión y compra). Mientras tanto, el club rojiblanco trabaja en el futuro. Y se ha detenido en un joven zurdo, Raphaël Guerreiro, internacional portugués absoluto de 21 años que milita en el Lorient francés. Andrea Berta estuvo el pasado fin de semana viendo 'in situ' el primer partido del campeonato galo entre Lyon y Lorient (0-0) para testar al luso que tanto ha cautivado a la dirección deportiva atlética.
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