Las sombras han oscurecido el efímero paso de Jackson Martínez por el Atlético de Madrid. El 'expediente x' del peor nueve de la última década en las filas colchoneras está repleto de manchas, muchas de las cuales les hemos desvelado en Vozpópuli a lo largo de los seis meses que ha vestido la camiseta rojiblanca. El absoluto fracaso de esta apuesta sólo tenía una opción: su salida.
La venta al Guangzhou Evergrande chino ha sido una operación tan sorprendente por el destino como vertiginosa por el tiempo en ejecutarla, a la par que extraordinaria en lo económico (50 millones con comisiones incluidas), lo que al menos permite al Atlético recuperar la inversión en el colombiano cuando fue comprado al Oporto.
Las extrañas declaraciones de Jackson deslizadas por la prensa colombiana añaden aún más dudas a su breve recorrido colchonero. "No he sido bien tratado", habría declarado el flamante ariete del millonario equipo chino después de cerrarse el traspaso. Otro episodio tenebroso más que añadir a un historial donde su pésimo rendimiento deportivo está salpicado de unos incidentes que aquí detallamos.
La tercera vía tras Cavani y Tévez
Jackson Martínez aparece en escena el pasado verano cuando el Atlético de Madrid se había retirado ya de dos operaciones anteriores. Edinson Cavani era la prioridad de Simeone para relevar a Mandzukic y el club abordó su fichaje en varias reuniones con el PSG mientras que el 'Cholo' y jugadores como Godín o Giménez echaban el resto para convencer al ariete uruguayo.
El cabreo de Cavani y su entorno al ver que el Atleti no era capaz de satisfacer la petición del club parisino fue a la par que los tiros rojiblancos se dirigían a Carlos Tévez, el punta de la Juve que luego terminaría volviendo a Argentina para jugar en Boca Juniors. Nada que ver un delantero con otro, dos estilos distintos. Y menos todavía con Jackson Martínez, que irrumpió con la arrebatadora fuerza de Jorge Mendes pese a tener un preacuerdo firmado con el Milan.
Su compatriota Bacca fue quien acabó en San Siro y la 'Pantera' aterrizó en el Vicente Calderón. La tercera vía fue entonces la definitiva y está por ver qué papel de responsabilidad real tuvieron el 'Cholo' o la dirección deportiva, con Gil Marín y Andrea Berta, a la hora de apostar por el colombiano.
Lesión oculta en el tendón de Aquiles
Jackson Martínez pronto tuvo que rivalizar con Fernando Torres, que arrancó con fuerza la temporada, disputando con goles y de tú a tú la titularidad al fichaje de los 35 millones de euros. Sin embargo, la posterior sequía de los dos nueves comenzó a sembrar dudas en Simeone, que decidió apostar por otras opciones (Correa, Vietto y Carrasco) acompañando al goleador Griezmann.
El colombiano se lesionó en el tobillo derecho a mitad de noviembre en un partido con Colombia ante Chile y, aunque de ese contratiempo se terminaría recuperando, no entraba en las convocatorias del 'Cholo'. Vozpópuli informó en exclusiva a principios de diciembre que Jackson se trataba con aporte fisioterapeútico externo al club de un problema (engrosamiento) en el tendón de Aquiles.
El Atleti ocultó esta dolencia con un parte médico que informaba de un edema óseo en el pie lesionado, pero la realidad era mucho más delicada: Jackson había jugado infiltrado varios partidos para disfrazar un problema que Simeone luego atenuó frenando su regreso: "Tiene que volver bien porque la exigencia va a ser grande -dijo el técnico argentino-. A un jugador con menos nivel del que realmente puede dar no lo necesitamos". El de Quibdó estuvo casi dos meses KO.
Broncas con Simeone
El regreso del jugador al equipo no fue ni mucho menos el esperado. Su rendimiento seguía bajo sospecha y las dudas se multiplicaron con la apertura del mercado invernal. Simeone quería darle una oportunidad y defendió como pudo ante los medios de comunicación su ineficacia anotadora y su desesperante actitud en algunos partidos por pocos minutos que disfrutara. Pero el 'Cholo' le tenía cogida la matrícula.
Afligido por la terrible falta de gol de sus dos nueves (Jackson y Torres), rentabilizó el aporte anotador del resto del equipo y, por supuesto, de Griezmann. El desencuentro definitivo con el colombiano se produjo en el partido ante el Celta de Vigo en Balaídos. El ex el Oporto fue titular, pero su actitud en el campo crispó al técnico argentino, que se lo recriminaría con vehemencia en el descanso. Ya estaba señalado. La bronca se repitió poco después en otro encuentro donde Martínez reiteró esa falta de compromiso que hizo insalvable la fractura entrenador-jugador.
Llamadas de atención de los capitanes
Siempre aislado, con poca relación con sus compañeros, Jackson parecía un islote en la plantilla. Apoyado y arropado ante la falta de gol por el equipo, el afecto grupal se fue diluyendo a medida que Simeone perdía la confianza en él. Nadie terminó por confiar ya en su resurrección, contrariamente a lo que ocurre con Fernando Torres. De hecho, los capitanes del equipo colchonero tuvieron que llamarle la atención en varias ocasiones en las últimas semanas al comprobar como su desinterés aumentaba de manera irreversible.
El peor nueve de la última década
Los números no engañan y Jackson Martínez ostenta el triste mérito de ser el peor ariete que ha vestido la rojiblanca en los últimos nueve años. Sus tres goles (2 en Liga y 1 en Champions League) le colocan muy por detrás de su predecesores Mario Mandzukic, Diego Costa, David Villa, Radamel Falcao, Diego Forlán y 'Kun' Agüero. Todos ellos, pese a tener algún inicio dubitativo, superan con creces los pobres registros del delantero colombiano.
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