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Óliver Torres lidera a un Atlético rápido, mortal y jugón

   

El nuevo Atlético de Madrid crece en ese proceso de reinventarse que Simeone asume cada temporada. Aún sin cuatro piezas indispensables en su once titular (Godín, Giménez, Filipe Luis y, sobre todo, Jackson Martínez) las sensaciones que ha transmitido el equipo en la asfixiante gira asiática son más que satisfactorias. Con la prudencia de la pretemporada 'made in profe Ortega' con una brutal carga física que limita el rendimiento y al margen del inferior nivel de los rivales (Numancia, Oviedo, Sagan y Shanghai), el aroma que desprende el equipo rojiblanco es cautivador. De ello no sólo se encarga la aportación de los nuevos fichajes sino la calidad de los jóvenes valores proporcionando otro pedigrí al inconfundible estilo del Cholo.

Con el 4-4-2 que mejor define el esquema cholista el Atlético se despidió de China. Gabi y Tiago dirigieron el cotarro como antaño si bien la idea que persigue Simeone es que Koke asuma ese rol y despliegue galones en el mediocampo. Pero en Shanghai el Cholo alineó a Vietto y Griezmann en vanguardia con Óliver Torres y Koke para enganchar con ellos, cuatro bajitos con exceso de calidad que cuando conectan desarman a cualquier rival. El resultado no pudo ser más brillante en una primera mitad perfecta en solidez defensiva (salvo los problemas iniciales de Savic y Lucas luego solventados con Oblak infranqueable) así como en la resolución ofensiva.

Este Atlético reinventado es mucho más veloz y mortal. El primer gol de Griezman fue un prodigio de contragolpe: recuperación tras una acción peligrosa del rival chino, pase tan largo como preciso de Gabi al punta francés, y control-talento-efectividad en el remate cruzado para anotar en un acción magistral. El doblete de Antoine llegó tras una buena combinación con dejada de Koke dentro del área y perfecta ejecución del galo con la derecha.

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La efectividad rojiblanca pudo prolongarse con ocasiones de Vietto y Koke al larguero. Pero no fue esta una de las mejores virtudes exhibidas por el Atlético. Hay un jugador que debe y puede decir mucho en el equipo rojiblanco tras dos años en el exilio (Villarreal y Oporto) tras haberse ganado el beneplácito del Cholo. Óliver Torres es una de las perlas más protegidas y deseadas por el Calderón con un duende al que sólo ha de añadir la entrega que exige Simeone. Los minutos del choque en Shanghai fueron un desarrollo del excelente talento del canterano, liderando al equipo, asumiendo riesgos, asistiendo y combinando con sus compañeros. Óliver puede hacer olvidar a Arda Turan sin problema si se lo propone de verdad y el entrenador le deja, que sí parece. De sus botas llegaron los mejores momentos del Atleti uniendo su calidad a la de Koke, quien debe ser su referencia, Vietto (el de menos brillo ayer) y el mortífero Griezmann. Ese cuarteto y sin que Jackson haya aparecido todavía son una de las grandes bazas del nuevo Atlético.

Las medallas se la llevaron los atacantes y jugones rojiblancos, pero Savic y, sobre todo, Lucas ofrecen muchas posibilidades al Cholo. El zurdo francés es un compendio del defensa sobrio, efectivo y rápido que en el lateral zurdo competirá con Filipe Luis si es que Siqueira (ahora en su mejor versión) definitivamente se larga a la Juventus. De Juanfran hay poco que añadir porque está, se le nota y es inamovible en el lateral derecho.

La segunda parte del adiós en China vino con cambios que ofrecieron otra cara del Atlético. Los apuntes de Ferreira en la banda y su asistencia a Fernando Torres no son casualidad ni el valor gol que ha de seguir aportando el 'Niño'. Jesús Gámez es el comodín en la zaga que vale para todo, lo mismo que Saúl, capaz de construir, asistir y destruir. Mucho mérito tiene lo de este otro canterano en la plantilla del Cholo. Correa terminó jugando con Torres en el ataque y su aportación es más que interesante porque tiene las mismas condiciones que Vietto o Griezmann, en velocidad, recursos y remate. Quizá le falte el recorrido en una liga como la española que ya dominan el francés o su compatriota, pero tiene hambre y lo intentó hasta el minuto 92 de un partido donde debutó el chino colchonero Xu Xin, en lugar de Gabi, dejando muy buenas sensaciones. Las mismas que transmite este Atlético de Madrid al que aún le faltan ingredientes para endulzar un sabor que empieza a gustar a la afición colchonera.

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