El Atlético de Madrid se debate actualmente en varios frentes de sumo interés. En el deportivo, los del Cholo luchan por certificar la tercera plaza que da opción directa a la Champions League y es objetivo imprescindible para afrontar la ambiciosa próxima temporada. En el terreno institucional, y no menos importante dadas las circunstancias, el club rojiblanco aguarda la notificación de FIFA ante las presuntas irregularidades e incumplimiento de la norma internacional de transferencias de menores.
De momento, no ha habido pronunciamiento oficial sobre una posible sanción aunque se extiende el rumor dentro de la entidad colchonera que, de haberla, ésta sería económica y le permitiría fichar en verano. En tercer lugar, y con una trascendencia enorme, se están produciendo serios movimientos del inversor chino Wang Jianlin que afectarían a la actual fisonomía del accionario del club ya modificado el pasado mes de marzo con la ampliación de capital que permitió al Grupo Wanda la adquisición de un 20% del capital social por un importe de 45 millones de euros. El gigante asiático ha decidido pasar a la acción para adquirir el control del club.
Ya adelantamos en ‘Vozpópuli’ que la intención de Wang Jianlin no sólo era adquirir ese 20% de las acciones del Atlético de Madrid. Ese era el primer paso. Pero el siguiente podía ser mucho antes de lo que la gran mayoría mantenían como un desembarco a largo plazo. Y así es. El Grupo Wanda ha hecho llegar a los dirigentes colchoneros una oferta valorada en unos 200 millones de euros por la explotación de la marca rojiblanca en China, un mercado que domina absolutamente el multimillonario empresario.
Asimismo, el ambicioso plan del inversor chino pasa por la adquisición de otro 30% del capital social del Atleti para lo que tendría destinada una partida presupuestaria de otros 200 ‘kilos’. Esta cantidad serviría también para cancelar la deuda con Hacienda (70-80 millones) y la mejora de contratos y nuevas cláusulas de los jugadores franquicia del equipo rojiblanco.
En principio, Miguel Ángel Gil Marín, Consejero Delegado del Atlético de Madrid que posee la mayoría de las acciones del club (un 60%), no estaría dispuesto a dejar en manos de Wang Jianlin la mitad de la propiedad del club, donde el presidente Enrique Cerezo además ha reducido parte de sus acciones (a menos de un 20%).
Este asunto llega en un momento delicado; justo cuando el Atlético acaba de recibir un varapalo judicial al conocer que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) estimó en parte el recurso presentado por la Asociación Señales de Humo contra la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid que aprobó la operación Mahou-Calderón.
Eso ha provocado la ruptura de relaciones entre Gil Marín y los representantes de Señales de Humo, a los que trataba de ganarse ‘negociando’ con ellos una serie de propuestas que permitieran desactivar cualquier acción de este grupo de accionistas minoritarios. Señales de Humo hizo saber a finales de abril mientras valora las consecuencias respecto de la construcción del futuro estadio en La Peineta que seguirá “fiscalizando”, en la medida de sus mermadas posibilidades, “la gestión del Atlético”.
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