Gareth Bale vuelve a estar KO. Será baja ante el Villarreal en un partido crucial para el Real Madrid en la carrera final por la Liga. Una sobrecarga en la parte posterior de su pierna (parte médico oficial por boca de Zidane) le impedirá participar esta noche en el Bernabéu. El motivo de esta lesión, otra que sumar en su temporada de más fragilidad, no está nada claro. Sin embargo, hay quienes han relacionado este contratiempo con el hecho de que el futbolista galés se emborrachara de golf en Cádiz un día después de haber jugado en Getafe, partido en el que tuvo que ser sustituido por precaución en el minuto 57 de partido.
La clave la ofreció el medio especializado 'Ten Golf' al desvelar que Bale había disputado en su jornada dominical gaditana dos vueltas completas a sendos campos en el Real Club Valderrama completando 36 hoyos. De esta forma, Gareth mitigó el 'mono' por un deporte que le tiene enganchado y al que se dedica casi con la misma pasión que por el fútbol. En lo que no reparó el internacional galés es en las consecuencias de abusar de un deporte tan espectacular como dañino para su lesión crónica en la espalda.
Especialistas consultados por 'Vozpópuli' y que conocen a la perfección el problema que afecta a Bale coincidieron en su diagnóstico. Sin establecer una relación causa-efecto entre la lesión de Getafe y los 36 hoyos recorridos en la Finca Cortesín y La Reserva, la opinión era unánime respecto a un problema donde el jugador tiene gran responsabilidad no sólo por la protrusión lumbar que sufre desde 2013 sino por el momento tan delicado de la temporada elegido para exihibir su hándicap.
"Es el deporte más contraindicado por la lesión que sufre en su espalda", aseguraron a 'Vozpópuli' dos de los fisioterapeutas que pertenecieron a la disciplina del Real Madrid hasta que el 'doctor estiramientos', Jesús Olmo, acabó con ellos. "La torsión y los giros que debe hacer un jugador de golf provocan un problema en el disco lesionado. Eso es lo que menos le conviene", reconocen con el conocimiento de haber aplicado tratamiento durante mucho tiempo a la delicada zona lumbar del inconsciente Bale.
"Los jugadores de golf no tienen que correr, pero él sí que lo debe hacer y además con una velocidad y explosividad que requieren un cuidado extra para evitar consecuencias musculares en los sóleos que ya han estado muy castigados". De hecho, el calvario de Bale no se ha detenido y le ha mermado otro año más precisamente con continuas lesiones y recaídas por la mala aplicación de tratamientos en sus recuperaciones.
Ya detallamos en 'Vozpópuli' meses atrás que Gareth Bale requiere de unos cuidado exhaustivos por la lesión mencionada. Pedro Chueca, otrora fisioterapeuta del club y recuperador personal de Sergio Ramos, diseñó cuando formaba parte de la disciplina blanca un estructurado plan de trabajo que consistía en robustecer la zona donde el galés tiene dicha protrusión. Sesiones diarias con ejercicios para la cadera, zona lumbar, abdominal y pélvica tenían como objeto dotar de una faja muscular al futbolista que le protegiera y minimizara el riesgo.
Aquel plan saltó por los aires porque el 'doctor estiramientos' prefirió aplicar otro tratamiento al futbolista galés. Desde entonces sólo el médico Olmo y su fisio de confianza, Jaime Benito, pueden tocar a Bale. Lo hacen en exclusiva, sin injerencias aunque los efectos no han sido ni mucho menos los esperados con el consiguiente malestar de Benítez y Zidane que han sufrido los desmanes en el apartado médico del Real Madrid.
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