La alerta roja se ha encendido de nuevo con Gareth Bale. Su sexta lesión en el sóleo izquierdo ha removido las agitadas aguas del Real Madrid hasta el punto de que Florentino Pérez empieza por primera vez a perder la confianza en su apuesta personal; el penúltimo capricho galáctico que le llevó a desembolsar más de 100 millones de euros al Tottenham y así adquirir al 'expreso de Cardiff.
La lesión grado II en ese músculo tan dañado le tendrá apartado 3-4 semanas (salvo sorpresas en la recuperación o recortes en el plazo previsto) por lo que tiene imposible participar en las semifinales de la Champions ante el Atlético de Madrid. Más allá del enésimo contratiempo, el gran problema para Bale radica en que volverá a romperse; una advertencia ya recogida meses atrás en 'Vozpópuli' por parte de quien llevó la recuperación y el tratamiento personalizado para un futbolista de un enorme potencial, pero que se ha vuelto de cristal.
El pasado mes de enero tras lesionarse el sóleo derecho adelantamos el grave riesgo al que está sometido Gareth. "Volverás a romperte", avisaron los recuperadores que trataron al extremo galés cuando llegó al Real Madrid. Los mismos fisios que después fueron purgados por el famoso 'doctor estiramientos' Jesús Olmo, jefe de los servicios médicos del club que sigue peleado con la práctica totalidad de la plantilla con la que no se habla y que le prohibió el paso al vestuario.
Con el octavo problema muscular del mismo tipo, sexto en el sóleo izquierdo, los responsables en recuperación reiteran las consecuencias: " A este paso superará el récord de lesiones". El vaticinio no es nuevo y se sustenta en un diagnóstico aquí ya reseñado en el que inciden quienes se ocuparon de Bale nada más fichar por el Madrid. Gareth tuvo que pasar por el quirófano debido a una protrusión lumbar detectada en 2013 y que es el origen de toda esta retahíla de lesiones.
219 días baja acumula Gareth Bale en cuatro temporadas de blanco donde se ha perdido 42 partidos. Casi una veintena de lesiones con un claro tendón de Aquiles: el sóleo de su pierna izquierda. El sóleo derecho también se ha visto dañado amén de acumular otros problemas musculares (lesión en cuádriceps y músculo piramidal) o articulares (esguince de rodilla) que completan su extenso y negro historial médico. El caso de 'cristal' Bale va camino de dejar pequeños los expedientes de otros frágiles futbolistas que pasaron diferentes calvarios en sus años de servicio en el Real Madrid.
Robben, Woodgate, Prosinecki...
Por ejemplo el caso del holandés Robben, quien en sólo dos temporadas completó únicamente el 50% de los partidos debido a las diez lesiones musculares que le lastraron (425 días de baja y 72 partidos sin jugar). Llamativo fue el caso del alemán Metzelder en las tres temporadas que militó en el Real Madrid (2007-10). Solamente disputó 31 partidos consecuencia de una inacabable legión de problemas musculares. El inglés Woodgate, al que trató el ínclito doctor Olmo, en dos años como madridista estuvo 452 días de baja. Kaká, Sahin o Baljic son otros de los últimos futbolistas que recalaron en el Madrid y ocuparon demasiado tiempo la enfermería. Así hasta llegar al auténtico 'pupas' blanco: Robert Prosinecki. Su cuadro de lesiones desesperó al madridismo que ansiaba ver en toda su dimensión a la perla procedente del Estrella Roja de Belgrado y se quedó con las ganas debido a un interminable calvario de lesiones con operaciones incluidas.
"Bale no está ni bien trabajado ni bien recuperado", coinciden los ex recuperadores de Bale como Pedro Chueca, fisio particular de Sergio Ramos y de algunos de los más notables de la plantilla (Modric, Kovacic...) a los que trata de manera privada. Fue este fisio quien diseñó entonces un plan estructurado que consistía en robustecer la zona donde Gareth tiene dicha protrusión. Sesiones diarias con ejercicios para la cadera, zona lumbar, abdominal y pélvica tenían como objeto dotar de una faja muscular al futbolista que le protegiera y minimizara el riesgo. "Trabajamos como perros día y noche", relatan quienes manejaron el cuerpo de Bale y lograron evitar problemas que ahora le asolan.
Aquel plan saltó por los aires porque el 'doctor estiramientos' prefirió aplicar otro tratamiento al futbolista galés. Desde entonces sólo el médico Olmo y su fisio de confianza, Jaime Benito, tratan en exclusiva a Bale aunque los efectos, a la vista están, no sólo no recuperan al jugador sino que le tienen en la cuerda floja y la amenaza de más recaídas como esta última. Si no se trabaja a conciencia la espalda del galés, se estabiliza el tobillo operado y se dedica una recuperación exhaustiva a la zona dañada las lesiones no acabarán nunca...
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