España no pudo coronar su sueño con un oro que nunca estuvo a su alcance, ante un rival muy superior. Sin embargo, las chicas de Mondelo ofrecieron un partido serio, con solvencia defensiva e intermitencia ofensiva ante el poderoso físico de las americanas. El marcador final (64-77) es anecdótico, pero demuestra que las españolas no bajaron los brazos en ningún momento, empatando incluso el tercer cuarto. Una plata que sabe a oro por el buen juego exhibido durante el Mundial.
A priori el rival era el peor posible, por lo que no había nada que perder. Estados Unidos era clara favorita con unos registros devastadores: desde 2006, 35 partidos imbatido. De los últimos 85 partidos, una sola derrota. Sin embargo, las americanas tenían bajas importantes que afectaban al juego interior, lo que hacía albergar esperanzas. Pero desde el inicio las estadounidenses marcaron las distancias con un parcial para las estadounidenses (5-18) protagonizado por Moore, autora de 11 puntos. España apretó en defensa y acercó el marcador (15-22) cambiando al juego con aleros bajas para mover a las torres yankees. Al final del primer partido dos canastas de Whalen dejaron el tanteador en 17-28 para las norteamericanas.
La enorme Griner (2,03) condicionó mucho el juego interior de España, en el que Little no pudo brillar como en días anteriores. Quien si destacó fue Nicholls, que en el rebote fue capaz de robar la cartera en varias ocasiones a las pivots yankees. Las americanas no bajaron el ritmo ofensivo y el marcador se disparó hasta 19-39. Estados Unidos apretó en defensa y eso lo notó España, que bajó sensiblemente su aportación ofensiva, 12 puntos en el este segundo cuarto por los 17 del primero. Al descanso se machaba Estados Unidos con el partido de cara 29-48, destacando Moore en la anotación con 16 puntos.
España no perdió la cara al partido en ningún momento y llegó a igualar el tercer cuarto a 19
España fue capaz de estabilizar la desventaja en 20 puntos hasta final del tercer cuarto sacando a las torres yankees fuera de la pintura y moviendo mucho la pelota. Un roce entre Griner y Laura Nicholls, que había recibido un codazo de Thompson y después de la gigantona estadounidense, hicieron subir el voltaje de la final. Sin perder la cara al rival y apretando en defensa con nueve rebotes de Nicholls y ocho puntos de Torrens. España cerró el tercer cuarto con un honroso (48-67), para un parcial de 19-19 en este periodo.
Mondelo no dejó de mover el banquillo para no bajar la intensidad de las suyas. En el último cuarto los dos equipos bajaron su acierto ofensivo, sin duda debido al cansancio de un Mundial largo y duro, espescialmente para las españolas. A falta de cinco minutos la brecha se había abierto (75-50), pero dos magníficas asistencias de Laia Palau abrían un parcial español de (2-14) que rebajaba la renta hasta los 13 puntos. España no dejó de competir en ningún momento, evidenciando que la medalla de plata no era ninguna casualidad. La derrota final (64-77) no empaña un histórico torneo para la selección de baloncesto femenino que logra así su mejor resultado. Una plata que sabe a oro.
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