Sería tan osado como impopular cuestionar la eficacia del modelo futbolístico de Luis Enrique a la luz de su palmarés en el banquillo azulgrana: 2 Ligas, 1 Champions, 2 Copas, 1 Supercopa de Europa, 1 Mundial de Clubes y 1 Supercopa de Europa). No lo es tanto cuestionar un modelo de juego que comienza a dar síntomas de estar agotado.
Luis Enrique, a su llegada al Camp Nou, apostó por verticalizar el juego del Barcelona, utilizando el balón tan solo para atacar. El equipo azulgrana vive hoy de la pegada de su tripleta ofensiva, especialmente del talento inagotable de un Messi más activo en la creación, cediendo protagonismo goleador a Suárez y Neymar. Sin embargo, con la pérdida de la posesión el Barça se ha vulgarizado, ha perdido su identidad futbolística y se ha convertido en un equipo que sobrevive gracias a su devastadora delantera.
Los azulgrana sufren defensivamente, sobre todo en la medular, donde Busquets ha perdido jerarquía. Al no defender con el balón en los pies, el Barcelona se ha convertido en un equipo mediocre a la hora de resguardar su área. El partido de vuelta de Copa ante un Atlético más necesitado que brillante confirmó la 'galactización' culé. El Barça se salvó por la aparición puntual de Messi y Suárez, sumado a las intervenciones de Cillessen. Un equipo demasiado largo en defensa y excesivamente vertical en ataque si Iniesta no está sobre el césped.
Luis Enrique se lo piensa
Esta vulgarización del juego azulgrana coincide con la finalización del contrato de Luis Enrique como técnico del primer equipo. El asturiano, que ha logrado éxitos incuestionables, aún no ha resuelto su futuro y la directiva hace meses que trabaja en los diferentes escenarios posibles. El primero, la renovación del técnico, que cada día que pasa parece menos probable. La segunda, que el técnico se marche de periodo sabático y haya que sustituirle, para lo que ha realizado varios movimientos.
El club ha tanteado a Ernesto Valverde en dos ocasiones. El técnico del Athletic suma cuatro temporadas ya en San Mamés, donde parece haber cumplido una etapa sobresaliente. No obstante, Valverde tiene competencia en el propio staff técnico del Barça. Uno de los nombres a los que ha dado el visto bueno Luis Enrique es el de Juan Carlos Unzúe, segundo entrenador del equipo, quien aceptaría la responsabilidad de sustituir al asturiano. Desde el club entienden que esta decisión mantendría la línea de actuación que se llevó a cabo en su día con Guardiola y el añorado Tito Vilanova.
Otro de los nombres que ha sonado, y que por formación e idea de fútbol estaría en la lista de candidatos, es el de Eusebio Sacristán. El más cruyffista de los técnicos salidos del club fue mano derecha de Rijkaard en la exitosa etapa del holandés en el banquillo culé. Pero Eusebio pasa por ser el único entrenador despedido de la cantera, en una decisión tomada por la actual directiva. A eso se suma que el vallisoletano tiene sobre la mesa una oferta de la Real Sociedad para renovar hasta 2019, acuerdo que se da prácticamente por cerrado.
El Barcelona pasa por ser el único equipo español con posibilidades de sumar el triplete, al haberse clasificado para la final de Copa y seguir vivo en Champions y Liga. Sin embargo, en los despachos preocupa tanto el futuro del banquillo azulgrana como en la grada el pobre juego de un Barcelona desfigurado que lo fía todo al talento de su delantera. Un modelo de juego que no hace mucho criticaba la grada culé a su íntimo enemigo, el Real Madrid.
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