Cacheos, perros especialistas en explosivos, helicópteros, y cerca de 500 policías. Este será el dispositivo que se pondrá en marcha en Madrid una vez que la Comisión Nacional Antiviolencia declare hoy miércoles el Real Madrid-Barcelona partido de máximo riesgo. Esta vez no será por la rivalidad deportiva, que la habrá, entre el club blanco y el azulgrana. Serán los ecos de la tragedia, del crimen del pasado viernes en París, los que harán aumentar el número de agentes que protegerá el encuentro.
Miembros de ISIS se inmolaron el pasado viernes junto al estadio de Saint Denís durante el partido entre la selección francesa y la alemana. Uno de los terroristas, que iba con un chaleco de explosivos, intentó entrar en el campo pero parece que se echó atrás por algún tipo de incidente con un guardia de seguridad. Una vez que el partido sea declarado de máximo riesgo se celebrará en la Delegación de Gobierno de Madrid una reunión el jueves entre las diversas administraciones para coordinar las actuaciones policiales.
Este es el partido de más riesgo de la historia del Bernabéu. Los islamistas buscan acontecimientos deportivos para llamar la atención al mundo sobre sus reivindicaciones y un Real Madrid-Barcelona se transmite a todo el mundo. El presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, explicó ayer que se reforzarán las medidas previstas en cualquier encuentro de estas características. Unas mil cuatrocientas personas se ocupan de la seguridad y otro tipo de servicios en los partidos de alto riesgo del Real Madrid contra el Barcelona. Lo normal es que acudan trescientos treinta policías nacionales y unos ochenta municipales.
A este dispositivo hay que añadir, además, los miembros de Cruz Roja y el Samur y los agentes jurados que se ocupan de la seguridad en el interior del campo. En esta ocasión se cree que la policía nacional no se centrará dentro del campo sólo en la zona donde se encuentra la afición del Barça, sino que se distribuirán por todo el recinto. La comisión de coordinación decidirá, sin duda, que se extremen las medidas en los accesos. El cacheo y la revisión de las bolsas con el bocadillo hará que sea aconsejable acudir con más tiempo al campo. Pero la revisión también podría extenderse a las cientos de personas que trabajan en el estadio que entran unas cuantas horas antes.
La policía analizará también los coches aparcados en un perímetro que será definido en la reunión de coordinación, según explicó un agente que participa habitualmente en estas operaciones. Los filtros también podrían establecerse, de manera aleatoria, a las personas en las cercanías del Bernabéu. Se trata de esta manera en evitar que un posible activista se acerque al campo si se percata de que hay este tipo de controles.
Si la policía tiene miedo a un incidente a la entrada al campo, aún tiene más temor a la salida del estadio. "La entrada -señala un agente que participa en estas operaciones- es a cuentagotas y te da tiempo a reaccionar. La salida es como un río con noventa mil personas abandonando el campo en poco más de diez minutos". La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, tendrá su centro de control en el palacio de la calle Miguel Ángel.
También habrá un centro de control de la Policía Municipal, un autobús llamado CECOR, en la explanada que hay en La Castellana frente a la puerta principal. Dancausa señaló en Telemadrid que no cree que el partido se pueda suspender "aunque todo es posible", pero recordó que Bélgica no quiso que se celebrara en Bruselas porque consideraron que no se podía garantizar la seguridad. Por su parte, el Barcelona se desplazará a Madrid el mismo sábado y no dormirá en la capital de España. Volverá a la capital catalana nada más terminar el partido. Tendrá un dispositivo de seguridad especial desde que salga del Camp Nou, en dirección a Madrid, hasta que regrese al estadio.