Un enorme cubo formado por cuatro pantallas gigantes en sus caras en las que se retransmitió el sábado la final para los asistentes al Bernabéu permaneció instalado sobre el verde. Un balcón instalado en la parte superior de la caja arroparía después a los protagonistas, con la Copa en la mano. Alrededor del círculo central, una reproducción de cada una de las Copas de Europa logradas por la entidad blanca abrazaba la figura geométrica fija en el círculo central.
El presentador y showman televisivo Miki Nadal fue el animador del acto, que comenzó con casi sesenta minutos de retraso sobre el horario previsto. El terreno de juego madridista fue el colofón a las celebraciones del equipo, que tras acudir a la Fuente de La Cibeles a primera hora de la mañana del domingo, después de aterrizar procedentes de Lisboa, inició por la tarde todo su recorrido.
Los jugadores partieron pasadas las 20:15 horas de Valdebebas en un autocar que les transportó en primer lugar a la sede de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol, donde fueron recibidos por miles de aficionados. Salieron al balcón con la Copa y fueron recibidos por el presidente Ignacio González. A continuación acudieron al Ayuntamiento de Madrid, en Cibeles, donde esperaba la alcaldesa Ana Botella y donde se completaron los discursos y alocuciones.
Ya en el estadio, los jugadores y el cuerpo técnico recibieron el último baño de multitudes. El estadio quedó a oscuras, al amparo del juego de luces y sonido que dio la bienvenida a la plantilla madridista mientras las pantallas rememoraban cada una de las Copas que iluminan la historia de la entidad. Goles históricos coreados por los 70.000 espectadores presentes en las gradas del estadio al son y a la algarabía del vídeo musical con la canción del Real Madrid grabada por los jugadores.
Un pasillo desde el vestuario al centro del capo fue recorrido por cada miembro del plantel. Desde Carlo Ancelotti y Zinedine Zidane hasta cada uno de los jugadores, que dejaron los elegantes trajes en las taquillas y se ataviaron con sus respectivas camisetas.
Un recorrido que les llevó hasta el interior de la caja. Uno por uno. Sergio Ramos e Iker Casillas, inseparables desde que alzaron la décima Copa de Europa, fueron los más aclamados. El público se entregó a ambos. Especialmente al defensa, que se arrodilló sobre la alfombra que marcó el recorrido del césped al balcón.
En la cúpula, en el centro del terreno de juego, la décima Copa de Europa fue elevada por toda la plantilla mientras el juego de luces y fuegos artificiales iluminaban el cielo de Madrid al ritmo del 'We are the Champions' clásico del grupo Queen, un clásico que delata cada gran éxito deportivo.
"Buenas noches, Bernabéu. Gracias por la espera pero ha merecido la pena después de doce años. Es por vosotros y por todos los madridistas del mundo. Espero que la disfrutéis y después de hoy a pensar en la undécima", indicó Iker Casillas, que no dudó en colgar una foto de su hijo, Martín, en su cuenta de Instagram.
"Me siento un privilegiado de formar parte del mejor equipo del mundo. Espero estar muchos años y poder retirarme en este club. Desde el primer día noté el cariño de la gente. Es un sueño para mí haber podido levantar esta 'orejona' y eso es gracias a todos los jugadores y a todos vosotros. Hoy le quiero dedicar esta copa a todo el madridismo pero sobre todo a Pitina, mujer del presidente, que desde arriba nos ha dado mucha fuerza", dijo Sergio Ramos. "Ganamos el título más importante de la historia del club. Hala Madrid", celebró Cristiano Ronaldo ante la euforia blanca.
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